Tiempos felices

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Capítulo 19
Tiempo felices

Hermine estaba extasiada por decir lo menos. Severus finalmente sería suyo. Prácticamente llegó saltando al almuerzo y cuando se sentó con sus amigos la miraron con desconfianza, ya que no podía borrar la sonrisa tonta de su rostro.

-Está bien, Mione, escúpelo - dijo Ginny después de unos minutos de esperar a ver si su amiga decía algo.

-¿Qué?

-¿Qué está pasando? Tienes una sonrisa cursi en todo tu rostro y quiero saber la razón - dijo con firmeza y los ojos brillantes. Hermione sintió un calor enrojecer sus mejillas y sonrió más ampliamente.

-Déjame decirte... que besa increíblemente - dijo sin aliento y Ginny jadeó y luego gritó.

-¡Te besó! ¿Está todo bien? ¿Eso significa que quiere estar contigo? ¿Pensé que había dicho una semana? - ella divagó.

-Lo convencí de que no había necesidad de esperar, fui bastante persuasiva - dijo con picardía.

-¡Espera, espera, espera! - Ron interrumpió y la miró. - ¿Estás diciendo que vas a salir con ese viejo murciélago? - Hermione le lanzó una mirada.

-Bueno, ¿qué esperabas, amigo? - preguntó Seamus. - Quiero decir, ¿lo viste cuando salió de la ducha? Hasta yo quiero salir con él. - Antes de que alguien pudiera responder, una sombra cayó sobre ellos y se giraron para ver la cara divertida del profesor de pociones.

-Tan halagador como fue, sr. Finnigan, debo decir que no es exactamente mi tipo - dijo sedosamente y el chico se puso rojo hasta la raíz del cabello. - En cuanto a usted, sr. Weasley, sí, Hermione estará saliendo conmigo, así que acostumbrese. - Él sonrió al ver el bonito sonrojo en las mejillas de Hermione mientras se dirigía a la mesa principal. Después de todo había decidido ir al comedor para poder verla un poco más. Cuando se sentó notó que solo una persona lo miraba, el chico Weasley.

Severus le sonrió. No era una mueca o un pequeño gesto, era una sonrisa con dientes y vio al joven palidecer. Luego, levantó la mano y le mostró el dedo, provocando que la boca del chico se abriera y tartamudeara. Borró la sonrisa tan rápido como la creó y volteó hacia al director para verlo ahogarse con su jugo mientras trataba de controlar su risa.

-Albus, ¿estás bien? - preguntó Minerva preocupada. Su rostro estaba casi tan rojo como un tomate, llamando la atención de todos. Severus río suavemente al escuchar a Albus reír entre toses.

El profesor de pociones se giró para mirar al chico Weasley que ahora estaba discutiendo con Hermione, obviamente intentando convencerla de lo que acaba de pasar con su malvado profesor, a lo que varios estudiantes volteaban a verlo con el ceño fruncido, como si pensaran que era algo imposible de creer. Él solo levantó una ceja y tomó un sorbo a su bebida.

-¡Te lo estoy diciendo, Mione! ¡Me mostró el dedo! - espetó Ron.

-Ronald, no has hecho nada más que acusar a Severus de hacerte gestos groseros desde el accidente. ¿Qué te pasa? ¿Lo odias tanto? - respondió y Harry no pudo evitar echarse a reír. Sabía la verdad, pero no admitiría nada cuando estas situaciones eran tan divertidas.

-¡Soy tu amigo! Se supone que debes creerme - le dijo de vuelta.

-¡Oh, madura! Lo trataste horrible cuando era solo un bebé...

-¡Ese hombre nunca fue un bebé! ¡Era el diablo!

-¡Él no es el diablo! - ella siseó.

-¡Oh, sí que lo es! ¡Es el idiota más mimado, mentiroso y arrogante que he conocido! ¡Incluso cuando era el mini murciélago, era malo! ¡De hecho, era peor! - gritó Ron, captando la atención de toda la sala que se reían de la escena. Quienes voltearon a mirar al profesor se sorprendieron de verlo recostado en su silla con los brazos cruzados sobre el estómago  y una sonrisa en el rostro  mientras observaba al joven tratando de convencer a Hermione de que decía la verdad.

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