1 · Disney se va.

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Por fin había llegado el tan esperado domingo. Los nominados estaban más nerviosos que nunca porque todos sabían que era una placa fuerte. Julieta especialmente se encontraba al borde de un ataque de angustia. En ese momento se arrepentía en demasía por no haberse esforzado más en la prueba de líder. Si hubiera ganado, no estaría pasando por eso. Sentía cierto rencor hacia Camila por no haberla salvado, pero a fin de cuentas entendía que eso era un juego y ella se relacionaba más con alfa, por lo que no emitió ninguna queja. No tenía derecho.

La gente había salvado primero a Marcos. Eso hizo que todos confirmaran sus sospechas, el salteño era muy fuerte afuera. Lo felicitaron y lo mandaron a desarmar su valija, todos muy felices por él, o al menos la mayoría. Julieta se quedó con su sitio, analizando la situación. Era una placa grande, tenía pocas posibilidades de irse. Era una entre cuatro y en serio creía que la gente elegiría a la persona correcta. No quería que se vaya Nacho ya que eran muy buenos amigos, y aunque no tenía una mala relación con Ariel, era su única salida.

Minutos después, Santiago los llamó a todos otra vez. Ahora, anunció que el segundo salvado era Nacho. Como era usual, los participantes lo felicitaron, sobre todo Lucila, que lo abrazó bien fuerte, feliz de que su chico no se vaya. Juli mantenía una sonrisa en su rostro porque estaba contenta por su amigo, pero no podía evitar que los nervios se acumulen en su pecho. Quedaba una posibilidad de salvarse. Era ahora o nunca, todos esos meses en los que extrañó a su familia y a su novio serían en vano. Tragó saliva y se mantuvo charlando con Daniela que le entregaba fuerzas con un abrazo y palabras de aliento. Claro, cuando Dani volvió a entrar, sabía de los pequeños problemas que la gente tenía con su amiga, solo esperaba que aquello no sea suficiente como para sacarla. Romina al igual acariciaba su espalda, intentando brindarle confort.

El momento llegó, alguien abandonaría la casa. Santiago, cómo siempre, hizo que la espera sea eterna antes de decirlo. Su rostro no se veía alegre, es más, hasta parecía triste cuando dijo el nombre de la bailarina. El mundo se detuvo por extensos segundos para ella, hasta que reaccionó cuando el conductor le dijo que tomara su maleta, se despida y salga por la gran puerta. Daniela a su lado se tapaba la boca con las manos a punto de llorar y Romi la ayudaba a levantarse para acompañarle a buscar sus cosas.

Marcos, por otro lado, no podía creerlo. Cuando anunciaron la placa esa semana, la última situación que se imaginaba era esa. Su rostro se deformó en tristeza, Juli iba a irse, ya no la vería todos los días por la mañana ni se despediría de ella en las noches. No escucharía esa risita que tanto amaba ni la molestaría con cosquillas. Tragó saliva decidido a intentar disimular su estado cuando Alfa se sentó a su lado. Este también parecía decepcionado.

- De todas las personas que pensé que dejarían la casa, Julita es la última. ¿Cómo está, Marquitos?

Cuestionó este, mirándole directo a los ojos. Marcos sabía de antemano que el mayor había notado sus sentimientos hacia la chica, porque siempre se lo hacía saber con comentarios burlones e incluso pícaros. Allí fue cuando se sintió derrotado, las lágrimas brotaron en su rostro y tuvo que cubrirse con ambas manos. Sentía palmadas en su espalda de Walter, este le susurraba que el dolor ya pasaría y en algún momento se encontrarían afuera. Pero a Marcos eso no le servía. No quería verla afuera. Ver a su Juli afuera significaba tener que verla con su novio, siendo tan feliz con él como siempre lo narraba. Significaba perder su rutina de estar con ella cada día, significaba tener que fingir ante todo el mundo que nunca había sentido nada por ella. Lo mucho que amaba a esa chica era inexplicable, se había enamorado perdidamente y no encontraba forma de olvidarla, pero ahora se iba y quién sabía cuanto tiempo pasaría hasta que la vuelva a ver.

Cuando menos lo notó ya estaban todos en el exterior recibiendo los abrazos de la joven. Su corazón dolió cuando fue su turno. Apretó a Juli contra su pecho lo más que pudo, decidido a recordar el olor de su pelo y la suavidad de su voz. Cuando tuvo que dejarla ir, una débil sonrisa adornaba la cara de ambos. La de ella porque debía salir del lugar que significaba mucho para ella y la de él, porque su amor secreto se marchaba.

Repechaje ♡  Marculi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora