Siete

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Los padres y hermanas de Barcode lo miraban muy ilusionados por todo lo que éste les estaba contando, aunque por supuesto fue omitiendo lo malo.

Cuando llegó la hora de volver a la mansión y el pequeño omega se despidió muy triste y prometió volver junto a ellos en cuanto pudiese.

Este también mintió diciendo que el mismo Jeff le había dado el dinero, así que sus padres se habían quedado tranquilos, pensando que al final el alfa no era tan cruel como pensaban.

Cuando al anochecer el omega entró en el recinto de la mansión respiró aliviado al no ver el coche del alfa en el que se había ido en la mañana.

Con agilidad trepó por la misma enredadera que había descendido y entonces entró por su ventana pero sorprendido vio que su puerta abierta, por lo que supuso que Mali ya estaba al tanto de su huída.

Temeroso bajó las escaleras y entró a la cocina para hablar con ella y evitar que lo delatara.

-Ho-Hola

-Barcode, oh por fin, ¿Dónde estabas?, ¿a dónde has ido?, me tenías tan preocupada. Pensé que no volvería a verte- habló la omega acercándose y abrazándolo fuertemente.

-He ido a ver a mi familia

-¿Y cómo has llegado allá tú solo?, ¿Cómo has pagado el viaje hasta allá?

El omega tuvo que volver a mentir pues aunque no le gustaba hacerlo, no podía decirle que había cogido dinero del alfa o estaría en otro lío.

-U-Un viejo y amablemente alfa me llevó pues iba hacia allá y he re-regresado con un vecino que tenía que venir cerca de aquí.

-Está bien. Bueno terminemos de preparar la cena....emm oye...si el señorito te pregunta, has estado limpiando la plata en el piso de arriba, ¿de acuerdo?.

El omega asintió y sonrió pues por lo visto no era el único embustero allí, aunque las mentiras estuviesen justificadas.

Jeff regresó muy tarde y bastante molesto, por lo que tanto que Mali como su sobrina y el moreno omega ya habían cenado y se iban a la cama pero entonces este los detuvo y los condujo a su despacho, alegando que necesitaba hablar con ellos.

Los tres entraron delante y entonces el alfa rodeo y se sentó en su cómodo sillón, entonces ordenó a la joven omega que le sirviese una copa de whisky, mientras observaba a su nana y al omega, el cual permanecía cabizbajo y muy tenso, apestando a miedo.

-Sentaros los dos, tengo algo importate que hablaros -Dijo este seriamente tras beber un sorbo de su bebida.

Ambos omegas creyeron que el alfa había recapacitado e iba a pedir perdón por el episodio vivido pero nada más lejos.

-Me ha surgido un viaje fuera del país y estaré fuera por tres semanas. En mi ausencia quiero que no se vuelva a repetir lo de esta mañana o habrá muchas consecuencias.

Mali y Mali se miraron confusos pues lo del intento de asesinato, había ocurrido por la noche anterior.

-Pero eso fue aye...

Un fuerte golpe en la mesa propinado por el puño del alfa hizo callar a la omega de inmediato.

-¡No me refiero a eso!-gruñó con furia-...¡Me refiero a la escapadita de este ingrato para ver a sus padres!- gruñó nuevamente señaló al asustado omega.

-¿Co-cómo lo has sabido?-preguntó Malí con asombro.

El alfa chasqueó la lengua con fastidio.

-No seas ingenua, yo lo sé todo-dijo mirándola con molestia- ...cómo vuelvas a encubrirlo en sus tonterías y a mentirme, olvidaré quién eres¿¿¿ENTENDIDO???- usó la voz asustando a los dos omegas, los cuales pegaron un salto en sus sillas y comenzaron a temblar, desconcertado a la sobrina sorda.

-S-Si...-balbucearon al unisono.

-Bien... ahora salir de mi vista. Iros a dormir

Los omegas salieron rápidamente del despacho y cada uno fue a su cuarto sin hablar nada, tan solo se dieron un beso de buenas noches, ya que aún no se habían recuperado del shock.

Mientras en su despacho, Jeff se resopló aliviado de ver que el moreno y travieso omega seguía de una pieza.

Gracias a que se había olvidado unas carpetas en la casa, este había mandado a Bible que diese la vuelta y entonces habían visto salir al pequeño del recinto y subirse al autobús.

El alfa le había ordenado a Mile que se bajase y lo siguiera de lejos para que luego le contara y así había sido como él se había enterado de la escapada.

Pensaba que el omega tenía mucho valor pero no estaba dispuesto a perder a más seres a los que quería a su lado y además no podía permitir que se expusieran a más peligros, ya que Mali, Sammy, sus dos betas y ahora Barcode eran en cierto modo como su familia, aunque nunca lo admitiese en su presencia.

Los había regañado pues la verdad era que aún se sentía bastante mal por lo que él le había hecho al pequeño omega y también por faltarle a la promesa a su nana, ya que si hubiesen sido otros empleados, los hubiera castigado con mucha más severidad.

Luego de eso este se levantó y se sirvió otro trago mientras revisó las facturas semanales de la casa y dejaba el dinero suficiente para sufragar las en su ausencia.

Unas horas después, subió las escaleras para irse a su habitación pero entonces tuvo la imperiosa necesidad de ir a la habitación del omega.

Este giró el pomo y entró en puntillas mientras sonrió ante el dulce aroma del ambiente, entonces se acercó a la cama y se sentó en el borde de esta.

-Lo siento mucho, pequeño. Lamento haberte hecho eso- susurró viendo aún las presentes marcas en el cuello de este, las cuales había ocultado durante el día con un suéter de cuello alto-Siento mucho haberte asustado. Perdóname, pequeño.

Finalmente este soltó un profundo suspiro y a continuación salió de la habitación y se fue a la suya, donde vio que a pesar de haberla mandado a acostarse, su nana había optado por dejarle hecha una maleta.

-Eres la mejor, nana- Susurró con pesar- ¿Qué haría sin ti?. Perdóname tú también.

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7. JeffBarcode: Dulce omega - Omegaverse- Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora