Sentado en una esquina del suelo de la cocina, Barcode lloraba temblando de miedo mientras sujetaba su adolorido cuello,...—Tranquilo cariño...no pasa nada—dijo Mali tendiéndole la mano—...ven enséñame eso, lo curaremos ahora mismo.
La omega le revisó y le extendió con cuidado, una pomada sobre las moradas marcas.
—E-Él qui-quiso matarme. No lo e-entiendo, y-yo cumplo con mi p-parte del trato. Estoy t-trabajando duro, ¿p-por qué me hizo esto?
Mali suspiró con lastima.
—Jeff ha sufrido su celo, cariño y además estaba muy alterado porque lo robaron... Al parecer le quitaron un preciado reloj que era de su padre y que para él es muy importante.... No temas, ni siquiera sabía lo que hacía... Perdónale, pequeño... es lo mejor. No llenes tu vida de rencor y miedos.
El moreno omega la miró incrédulo pues aquella omega parecía estar tan cegada por el cariño que sentía por el alfa y pretendía que él le perdonase el que casi lo matara por un estúpido reloj... ¿su vida a cambio de un reloj?
—¡No!, ¡no le perdonaré!—negó este rápidamente mientras salía corriendo a encerrarse en su habitación.
Allí muchas cosas pasaron por su mente, mientras que lloró tendido sobre la cama, el afligido omega pensó en que tal vez debía escaparse o quizás debía olvidarlo como dijo Mali o también enfrentarse al alfa pero luego desistió pues ninguna de esas opciones le pareció viable en su situación.
Estaba seguro que si lo enfrentaba acabaría muerto, si lo perdonaba quizás volvería a hacérselo nuevamente y acabaría muerto y si tal vez lo olvidaba, haciendo como si no hubiese pasado nada, el alfa podría volver a confiarse y atacarlo, acabando igualmente muerto.
Era imposible regresar a casa con su familia y que el alfa no tomase represalias, así que tendría que vivir bajo el techo del temible ser, hasta que este diese por saldada la deuda pero procuraría no cruzarselo.
Finalmente tras llorar hasta agotar sus lágrimas, el pequeño omega se quedó dormido, por lo que tiempo después Mali tocó a su puerta varias veces pero éste no le contestó.
A la mañana siguiente, Jeff salió de su habitación totalmente recuperado de su celo y dispuesto a afrontar sus negocios, luego de haber cogido otro reloj de la colección de su padre y otra cantidad de dinero de la caja fuerte.
Tenía pensado mandar a uno de sus betas a que le comprara un nuevo móvil y probablemente para la hora de la comida, ya tendría todas sus pertenencias sustraídas más que repuestas.
Este se sentó en la gran mesa y esperó a ser servido tras tocar la campanita, entonces Mali entró muy seria, junto a su sobrina, ambas con sus miradas enrojecidas de llorar.
El alfa parecía ya no ser consciente del daño que había causado en los omega, por lo que las miró con su habitual arrogancia.
—¿Y el pequeño?, espero que esté trabajando.
La anciana omega lo miró y mintió.
—Si...él está limpiando la plata en el piso de arriba.
—Que raro, no lo he visto al bajar—dijo Jeff frunciendo el ceño.
—Emm, es que ha subido ahora mismo—volvió a mentir—….ha estado en la cocina ayudándome
—Bien... perfecto. No quiero que esté ganduleando en mi casa.
Mali negó con la cabeza pues por más que ella trataba de sacar al tierno y amable alfa que crió, siempre fracasaba y lamentablemente había mucho del difunto tirano de su padre inculcado en él, por lo que empezaba a creer que éste jamás cambiaría.
Al terminar su comida, este se fue muy apurado a la empresa pues tenía varias reuniones que lo ocuparían todo el día.
La omega subió entonces e intentó hablar con Barcode pero este seguía sin abrirle la puerta, así que finalmente optó por coger la llave maestra y abrirla ella misma.
Cuando al fin entró no lo vio, éste no estaba en la cama, ni tampoco en el baño, entonces vio la ventana abierta y comprendió que se había escapado.
—¿Qué has hecho pequeño?.—susurró para sí misma temiéndose lo peor.
Agazapado en las escaleras este lo había escuchado hablar, así que había decidido irse y permanecía escondido tras los matorrales del jardín a que el alfa y sus betas se fueran.
Barcode quería ver a sus padres y hermanos, los echaba mucho de menos, por lo que había saltado por la ventana, pensando en regresar antes de que el alfa volviese a la mansión en la noche.
Cauto caminó por las calles hasta llegar a la estación de autobuses, entonces sacó de su bolsillo unas monedas que se había encontrado haciendo limpieza días atrás y las cuales el alfa ni siquiera había echado de menos.
No tenía pensado gastarlas pero lo que Jeff le había hecho, lo había obligado a revelarse, además tenía intención de devolverselas a modo de trabajo pues total no le importaba trabajar un mes más, si finalmente veía a su familia.
Finalmente se compró un billete hasta la parada cerca de su casa, entonces subió al autobús, mientras comprobó que aún le había sobrado para pagar el billete de vuelta a la mansión.
Una media hora después, ya estaba tocando en la puerta de su casa, donde una de sus hermanas le abrió.
—¿Code?, ¡Papi... mami es Code!—Exclamó esta emocionada.
Sus padres acudieron veloces a la puerta, incrédulos de lo que su hija decía, muriendo de un infarto en cuanto vieron a su hijo tan hermoso y de un pieza.
—Hijo estás precioso pero ...¿qué haces aquí?, ¿El señor Satur te dejó venir?—preguntó incrédulo su padre abrazándolo fuertemente.
—N-No emm... la ve-verdad es que...emm...me he es-escapado para veros.
—¿El qué?, O Dios hijono has debido hacerlo. Se pondrá furioso si se entera y puede lastimarte..nos echará de aquí.
Barcode prefirió no contar lo sucedido y preocupar más a sus padres.
-Regresaré antes de que llegue a la mansión, tranquilos.
Toda la familia volvió a abrazarse con fuerza pues habían sido muchas semanas sin verse.
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7. JeffBarcode: Dulce omega - Omegaverse- Terminada
Fiksi PenggemarJeff Satur es un alfa muy atractivo, poderoso y malhumorado, el cual a través del reclamo de una deuda, se encontrará con Barcode Tannasit, un dulce omega que se ofrecerá para pagarla, haciendo que la amargura se termine convirtiendo en amor. Omegav...