1956
Finlandia finalmente se había recuperado por completo; su cuerpo ya no presentaba heridas y podía caminar sin dificultad. El largo período en el que había tenido que usar muletas lo había hecho sentir inútil. Estonia y Polonia lo consolaban, asegurándole que esa situación no sería permanente. Feliks incluso compartió su experiencia, explicándole que se había sentido de la misma manera cuando estuvo en silla de ruedas, pero con el tiempo logró superarlo.
Estaba en camino a Moscú debido a una llamada urgente de parte de Rusia, quien deseaba discutir un asunto de gran relevancia. Esto se había vuelto una especie de patrón: Rusia frecuentemente convocaba a Finlandia a la capital bajo la premisa de asuntos "sumamente importantes." Finlandia obviamente obedecía a regañadientes, pensaba que era mejor esto que ver al ruso entrar en su tierra.
Al llegar a la residencia de Rusia, una multitud de pensamientos inundó la mente de Finlandia. ¿Qué estaría buscando esta vez? Esperaba sinceramente que fuera algo de verdadera importancia; después de todo, en la llamada, Rusia había mencionado que lo que tenía que comunicar estaba relacionado con las discusiones que él y su líder habían estado hablando.
¿Pero de qué estarían hablando Rusia y Nikita Khrushchev?
Después de la muerte de Stalin llegaría el nuevo presidente de la URSS, Nikita Khrushchev. A diferencia de Stalin, Nikita permitió muchas cosas como, la música, el arte, etc. Además al llegar al poder lo primero que hizo fue hacer saber a todo el mundo que no le agradaba Stalin y sus ideas.
Bueno, no todos los países comunistas estaban contentos con Nikita, a China no le agrado como el hablo de mal de Stalin, así que un día fue a la casa de Rusia y tuvieron una fuerte discusión que acabó con su amistad.
Los pensamientos de Finlandia fueron interrumpidos por el chirrido de la puerta al abrirse. Rusia apareció en el umbral con una cálida sonrisa dirigida hacia Tino, saludándolo efusivamente como gesto de bienvenida. A pesar de que Finlandia todavía albergaba sentimientos de rencor hacia el ruso, reconoció la importancia de mantener las formas y respondió al saludo. No importaba cuánta tensión hubiera entre ellos, no estaba en su naturaleza ser descortés cuando alguien le extendía un saludo.
El ruso empujó la puerta completamente, invitando a Finlandia a entrar en la casa. Tino soltó un suspiro y siguió a Rusia hasta la cocina. Allí, Rusia cortésmente le ofreció a Finlandia que se sentara, mientras él mismo se ocupaba de preparar café y traer algunas galletas.
"Seguro que todo este trayecto te entra mucha hambre" Dijo Rusia poniendo la bandeja en la mesa. "Venga agarra una. "
"Rusia dímelo de una buena vez." Finlandia estaba impaciente.
"Esta bien, esta bien." Tomo aire y miró a Finlandia fijamente. "Bien Finlandia, el jefe y yo estuvimos hablando sobre Kareliya (Carelia)."
Finlandia se puso alerta al escuchar la última palabra. Mientras tanto, Rusia, al notar la reacción del finlandés, esbozó una sonrisa y continuó hablando. "Durante tu estadía aquí, seguramente habrás notado que la región de Karelia carece de una personificación" . Finlandia asintió, ya que era cierto, Karelia no tenía una personificación reconocida.
"Entonces, decidimos que mi jefe y yo hemos estado considerando la posibilidad de que puedas incorporar a la República Socialista Soviética de Karelia."
Finlandia se quedó como petrificado, procesando las palabras que el ruso había pronunciado. ¿Anexar Karelia? Una avalancha de pensamientos inundó su mente mientras trataba de comprender el motivo detrás de esta propuesta.
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La caída de la libertad
FanfictionLa guerra de invierno a acabado y Finlandia desea desesperadamente volver a casa. Por desgracia la Unión Soviética vuelve para llevarse a el y su libertad. ¿Podrá Finlandia volver a acostumbrarse a la casa de Rusia?