32

238 39 2
                                    


Chuya. 

Iba a matar a ese imbécil.

O el menos ese era el pensamiento repetitivo de mi mente, no había mucho mas que eso, y es que el aroma de la sangre de Dazai, la forma que esos colmillos aprisionaban su brazo y el liquido carmesí que escurría sin parar no me estaban ayudando a pensar demasiado.

Y como si fuese un mal chiste, no podía evitar sentir una enorme sed ante su aroma.

Observaba todo en color rojo sangre, lo mataría por siquiera tocar a mi presa.

Apenas pude escuchar una advertencia de Dazai cuando me moví de forma rápida, no dudé en golpearlo en el estomago, una zona precisa para que terminase por abrir su boca y liberarlo, lo alejé de inmediato de Dazai, su respiración era entrecortada y cada vez se encontraba mas pálido.

"mierda, mierda, mierda"

Apenas había logrado el vendar su herida, rasgué de forma rápida mi abrigo y envolví la zona con fuerza, Dazai se mantenía arrodillado, no le quitaba la mirada de encima.

- Muerde – le ordené mientras le tendía mi antebrazo, subiendo la manga de mi camisa

- Claro que no – me respondió, sus ojos se desviaron solo por un momento, cerciorándose de que los humanos ya se encontrasen lejos de nosotros

- No me obligues a abrir tu boca y obligarte

- No es el momento – respondió, escuchamos el gruñido del vampiro frente a nosotros – tu sangre no me ayudaría demasiado

- Me conformo con que se cierre tu herida – le dije

Y cuando estaba listo para obligarlo e incluso amenazarlo, sentimos la presencia de otro ser en el bosque, por un momento tuve la esperanza de que se tratase de Akutagawa, pero no lo era, sabía que solamente él podría controlarlo.

A medida que la presencia se acercaba nos percatamos de que no solo se traba de uno, eran tres. Sería un problema si sus intenciones terminaban por ser hostiles. Me acerqué a Dazai y me posicioné frente a él, interponiéndome entre el vampiro y él, podía escuchar sus palabras de advertencia, lo ignoré, no necesitaba eso, necesitaba pensar en una solución, sacarlo de ahí, podría cargarlo y terminar por huir, pero sabía que nos alcanzaría de inmediato.

Entonces pude olerlo, venían desde atrás de nosotros, eran veloces y pude sentir su aroma, lo identifiqué de inmediato.

De entre los arboles vimos a Hirotsu, Gin y Tachihara. Me quedé en mi lugar, una parte de mi sintió un alivio indescriptible, ellos se veían mucho mas fuertes y saludables, podía notar que se habían alimentado hace poco tiempo.

- Al fin pudimos encontrarlos – comenzó Hirotsu

- No se encuentra mi hermano aquí – dijo Gin, observaba con suma atención al vampiro ante nosotros, note como pasaba por su mente una idea horrible, el terror en su expresión

- Él esta bien, no lo ha lastimado – le aseguré de inmediato, simplemente lo sabía

- Huele a él, a su sangre – dijo ella

- Gin – Tachihara se acercó un paso a ella y sujeto su mano con delicadeza

- No es el momento – le dijo Hirotsu – pero cree en Chuya – me limite a asentir

Tomé a Dazai de uno de sus brazos y lo pase por mis hombros, ayudándolo a ponerse en pie, no pase por alto el gemido que escapo de su boca y lo observé rápidamente con preocupación. Dazai negó con la cabeza, como una señal inútil para que no me preocupase.

EternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora