Once more to hold you ➥Stolitz

Chapter 3

𝐵𝑜𝑡ℎ 𝑠𝑖𝑑𝑒𝑠

Stolas se había quedado apresando el cuerpo del imp, pareciendo no tener intención alguna en dejarlo ir.

- ¿Ya puedes soltarme? -Pidió el imp, pero tan melancólico pedido daba a entender que quería que negara su petición.

-Oh, si... Perdón. -contestó el príncipe a su pedido, soltándolo.

El más pequeño se quedó en su posición tan sólo unos minutos más, para luego apartarse.

-¿Estás mejor, Blitz? -Preguntó inquisitivamente, forzando una sonrisa para el de tez roja.

-Quita esa cara. -Soltó a secas.

-¿A qué te refieres? -Cuestionó, genuinamente lastimado por sus palabras.

-Esa maldita cara que pones como si me tuvieras pena, la odio, no necesito tu puta compasión, Stolas. -Declaró, su voz quebrandose al hablar. -Puta madre. -Dijo para sí mismo, acababa de hacer lo que se había prometido evitar, estaba siendo vulnerable.

-Blitz... -Trató de acercar su mano a su mejilla, siendo apartada por un manotazo.

-¡Aléjate! -Exclamó, alejándose de Stolas, su cola rodeando su propio cuerpo como si de un escudo se tratara.

-Está bien, todo está bien, Blitz. -Se acercó gateando hacía el medio de la cama, donde estaba él.

Él príncipe sentía una culpa confusa, ¿Qué acababa de pasar?

-¿Qué hice? -Se preguntó con remordimiento llenando su ser. - Blitz, querido... -Un segundo fue lo que le tomó juntar las piezas del rompecabezas para enterarse que le ocurría.

Estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Tantos sentimientos más el alcohol que invadía su interior no habían hecho una buena combinación.

El pecho del contrario subía y bajaba con cada respiración exagerada que daba, sus manos cubriendo su rostro para protegerse de cualquier peligro del exterior, mientras que el búho solo podía verlo.

En un intento de darle apoyo emocional, tomó su mano y el imp, para sorpresa, no la soltó. Es más, se aferró a ella, como si estuviera a punto de caer y la mano de Stolas fuera lo único de lo que pudiera agarrarse.

Paso el tiempo y poco a poco sus respiraciones dejaron de ser erráticas, pero no dejo en ningún momento de sostener la mano que se le había sido ofrecida.

-Lo siento. -Diría el de tez roja, con pena ajena por si mismo.

-No tienes de que disculparte, Blitz. -El príncipe planteó lo que iba a decir, no sabía exactamente como manejar a alguien tan impredecible como lo era él. - Creo que lo mejor será que descanses por hoy... Quizás más tarde estarás mejor. -Ofrecería hacía el imp, sabiendo el gran riesgo de que en cuanto los primeros rayos de luz comiencen a pasar a través de su gran balcón, él ya no este ahí. Lo volverá a dejar... Pero su bienestar era más importante para él en ese momento.

El de tez roja, con una mirada adormilada por la gran cantidad de alcohol que aún había en su sistema, lo miró, buscando algún tipo de trampa en la proposición hecha por el más alto y lo único que recibió fue una delgada mano pasando a modo de caricia desde su frente hasta sus cuernos y una sonrisa tan... Cansada. Recién había tomado un buen vistazo a la apariencia del príncipe, ojeras marcadas adornaban su pálido rostro, sus plumas aún desordenadas. No se veía mal, pero demonios, él nunca lo había visto tan descuidado, "¿Es mi culpa?" se preguntó mentalmente, para luego negar su propia pregunta, pensando que él nunca sería tan importante para el búho como para causarle algún impacto.