La Casa del Bosque

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17/03/2010

Una tarde fría de marzo, Ariel, una persona muy conocida en el pueblo debido a llevar mas de 50 años intentando mejorar el pueblo día a día, estaba paseando a altas horas de la noche, ya que es cuando el pueblo esta mas en silencio y para el era el momento perfecto para desconectar.

Como norma general, solía pasear cerca de su casa, que se situaba en el centro del pueblo justo al lado del ayuntamiento. La noche del 17 de marzo, tenía algo de insomnio debido al estrés de haber estado trabajando tanto en las próximas fiestas y decidió esta vez cambiar un poco el recorrido de su paseo nocturno. Empezó a caminar como siempre lo hacía, esta vez sin girarse a medio camino, cuánto mas se alejaba de su casa, mas vacío se iba viendo el pueblo, mas farolas sin luz se encontraba y, sobre todo, mas perdía la noción del tiempo. Cuando se quiso dar cuenta ya estaba en uno de los extremos del pueblo, le sorprendió el estado de este ya que, pese a ser un pueblo no demasiado grande, hacía tiempo que no se pasaba por esta zona. Miró hacia su derecha y vio aquella antigua ruta que nadie usaba desde hacía tiempo, como hacía tanto que no iba por este camino, decidió andar por el mientras pensaba en como había cambiado el pueblo en estos últimos años.

Cuanto mas caminaba menos reconocía por donde estaba pasando, ni siquiera recordaba que esta ruta fuese tan larga, cuanto mas avanzada mas se daba cuenta del mal estado de este camino y empezaba a entender por que ya nadie lo usaba. Ninguna farola funcionaba correctamente, las casas de alrededor estaban abandonadas y en un estado pésimo, el suelo lleno de hojas caídas, basura y baldosas destrozadas, comparándolo con la zona en la que el vivía parecía realmente un pueblo totalmente distinto.

Había pasado ya un buen rato, Ariel miraba atrás y solo podía apreciar oscuridad. En este momento pensó que tal vez sería buena idea regresar, eran mas de las 4 AM y realmente este camino no estaba en condiciones para pasear durante mucho rato. Antes de darse media vuelta, se fijó en que casi estaba llegando al final del camino, tenía justo a unos pocos metros gran monasterio abandonado, pese a llevar tanto tiempo en ruinas, era increíble que una estructura así de espectacular se encontrase en el pueblo. Se acercó a verla mas de cerca y, se sorprendió de que, justo al lado, había un pequeño sendero que se adentraba en un bosque, nunca había ido por ahí, ni siquiera de pequeño, era tarde pero, ya que había estado andando durante tanto rato, decidió terminar su paseo del día viendo a donde llevaba ese camino, al fin y al cabo, no iba a volver a venir hasta tan lejos por mucho tiempo.

Se adentró por el camino, mientras caminaba empezó a pensar en aquel monasterio, tal vez solo eran imaginaciones pero, le pareció que, durante un instante, algo pasaba delante de la ventana del piso de arriba, seguramente solo serían imaginaciones ya que quien iba a estar en un sitio así a estas horas de la noche. Ya casi no había luz por el camino, suerte que llevaba una pequeña linterna en el bolsillo siempre que salía a pasear por las noches, esto debido a que no era de extrañarse que algunas farolas no funcionasen de la mejor manera. Mientras caminaba, se encontró con que un pequeño árbol caído cortaba el camino, decidió crear su propio camino andando por en medio de los arboles sin pensar demasiado en a donde estaba yendo. Pese a que le daba algo de miedo estar tan oscuras en un bosque en el que no había estado, le daba mucha curiosidad el hecho de que en el pueblo en el que lleva viviendo toda su vida, hubiese un camino oculto por el que nunca había pasado, por el que nunca había pasado el, una persona que llevaba 50 años al servicio del pueblo... Esta curiosidad se transformó en miedo en el momento en el que mientras andaba pensando en sus problemas, escucho la primera rama rompiéndose justo detrás de el. Se quedó quieto por un momento pensando en que podía haber provocado el ruido, era consciente de que podía había muchos animales en el bosque pero este ruido, le sirvió como advertencia de que tal vez no estaba siendo la mejor idea venir por aquí.

LA RUTA SIN NOMBREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora