Cinq

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La nebulosa de pensamientos se hacía más grande mientras que un pequeño niño con pies descalzos corría en busca de refugio en el inmenso bosque. Pedía y rogaba no ser alcanzado por aquellos comentarios llenos de ira y repulsión que se le mencionaron de toda la vida; estaba a punto de lograr llegar a los brazos de su padre cuando el sueño fue interrumpido por la hermosa voz de Indila.

— Hoseokie~ -se escuchó la risa juguetona de su padre mientras que el Alfa se hacía más bolita en su lugar

—Solo dos vidas más y me levanto -musitó aquel chico haciéndose bolita de nuevo en su lugar

— Vas casi una hora tarde, de hecho ya no llegaste a tu primera clase -comentó burlón el mayor mientras caminaba con el celular del Alfa en manos

— ¡¿QUÉ?! -dicho grito se escuchó por toda la cuadra puesto que el joven dramatizaba todo, salió disparado de la cama y corrió a  escoger lo primero que encontró.

Desayunó con rapidez una manzana, se enjuagó y subió a su auto; al notar las pocas personas que transcurrían el área se sentía realmente jodido pues seguro ya llevaba media hora de retraso. Buscó entre sus cosas sin éxito pues su padre se había quedado con su celular; con bastante torpeza se acercó a un grupo de Betas que le comentaron la hora, eran 7 y 40 minutos. Su clase de teoría de la danza estaba más que empezada, lo único que le quedaba era rogarle a Jimin por los apuntes.

— Ah pero querías ver la nueva temporada de You -refunfuñó mientras caminaba a la biblioteca haciendo pucheros enojado consigo mismo 

Se acercó directamente a la bibliotecaria y preguntó por las nuevas novedades del mes, siempre tenían lecturas recomendables por mes para los alumnos pero como siempre casi nadie se dignaba a tomar un libro para deleitarse con el aroma a humedad y el sentimiento de paz estando en un lugar de completo silencio. 

El Alfa solo se replanteaba como fue que terminó en ese desastre cuando se supone que ya no se quedaba dormido, seguro su celo estaba cerca puesto que su lobo se vuelve más flojo que de costumbre y sale a notarse en sus orejas y cola de vez en cuando... como ahora, su cola se estaba atorando con el respaldo de la silla por lo que tuvo que levantarse sin muchas ganas y cubrirla con mucho cuidado dentro de su ropa pues no es que fuera algo poco común si no que se consideraba inmaduro el no controlar su propio organismo; supuso que sus orejas no tardarían en salir por lo que caminó algo rápido a su auto en busca de algún gorro que le pudiera cubrir.

—¡Ugh! ojalá me hubiera quedado den casa -volvió a suspirar mientras tapaba sus orejas y caminaba en busca de una pequeña farmacia para comprar neutralizadores e inhibidores 

Una vez que logró entrar a una pequeña farmacia dentro del campus se encontró con un no muy allegado amigo.

— ¡Hope! ¿Qué haces aquí? creí que tenías clases -exclamó alegre el Omega de risa contagiosa 

— Si las tenía Jinnie sin embargo mi celo me agarró desprevenido y bueno llegué bastante tarde -comentó sin mucho gusto el contrario mientras centraba sus sentidos en el pequeño resto de aroma peculiar en el contrario 

— Y ahora tendrás que ser esclavo de Jimin otra vez para que te de los apuntes ¿Cierto? -miró al Alfa con curiosidad al ser ignorado- ¿Qué buscas?

— Yo... sonará extraño pero ¿Usas un nuevo perfume? -preguntó con curiosidad mientras se acercaba- No, ese olor me es familiar 

— ¡Oh! seguro es el aroma del nuevo amigo de Namjoon.. un tal Min Min... Min Yoongi; si algo así es un Omega muy lindo aunque un poco triste a mi parecer -habló con desinterés 

— Me gusta su aroma -fue lo único que pudo responder el Alfa antes de tener una punzada en su glande- Mierda 

— ¿Mande? 

El Omega miró con bastante asombro como el Alfa caía fuertemente contra el suelo mientras este mismo intentaba tomar su inhibidor; una vez que salió de su trance Jin le ayudó a tragar su inhibidor y ponerse de pie. El Alfa salió huyendo una vez que le agradeció al más bajo pues no era recomendable quedarse, su Alfa se lo decía; se venía algo grande un celo más fuerte que el común y todo por un pequeño Omega que ni siquiera conocía.

Aquel chico de sonrisa brillante llegó a casa rápido para meterse en la tina de baño con agua helada, no quería tener todos los efectos de su celo y menos ahora que aquel aroma dulzón y delicioso se había quedado en la punta de su nariz como si lo estuviera tentando, percibía todo con los sentidos medios dormidos y podía jurar que alucinaba al pálido jugando basquetbol con su short enorme, aquello solo le hacía sentir que la temperatura aumentaba a pesar de que el agua estuviera helada.

— Ya cállate -exclamó molesto el chico mientras regañaba a su Alfa que se la pasaba llamando a su pareja para ser atendido 

Como era de esperar nada salía como quería, en cuanto salió de la tina se sintió peor; el calor era insoportable sentía como la ropa se volvía asfixiante aunque solo se haya puesto la playera ya no quería seguir con lo demás así que se colocó sus boxers, encendió el aire acondicionado y se tiro en el piso al estilo Lilo es decir... Musica a todo volumen y con los ojos cerrados pues se sentía cansado física y mentalmente, ni 12 horas bailando se sentían tan pesadas como 4 horas de su celo; solo esperaba que sus padres llegaran pronto para calmarlo, sus aromas lograban dormirlo todo el día y también domaban a su Alfa durante los tres días de celo.

Al poco tiempo el chico terminó perdido entre sueños hasta que su celular (encontrado previamente en su mesita de noche) comenzó a sonar, era el tono que tenía para Jimin así que solo se estiró y puso el altavoz 

— No me he muerto, tengo mi celo. Gracias por preocuparse, los veo en 3 días -soltó un bufido, estuvo a punto de colgar cuando el grito de Jimin lo detuvo

— Conocimos al Omega del que hablas -gritó con un chillido de emoción

— No juegues y shhh quiero descnasar -habló pensando que era una mala jugada hasta que Jimin mandó algo a su chat

— A ver si me crees, bye. No te volveré a hablar hasta el tercer día;  Alfa gruñón -no dijo más y le colgó

No tuvo más remedio que entrar en pánico para luego botar su celular lejos y tratar de controlarse, el celo se estaba empeorando completamente

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No tuvo más remedio que entrar en pánico para luego botar su celular lejos y tratar de controlarse, el celo se estaba empeorando completamente.

Omega sin sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora