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Acababa de tener educación física, seguía receso por lo que no tenía prisa en llegar a la siguiente clase. Nos habían hecho correr y mi cabello se había desordenado, me lo solté para recogerlo nuevamente cuando sentí unos brazos rodeando mi cintura desde atrás. Mire por encima de mi hombro, encontrándote con Cheng. Lo empuje levemente para que se apartara.
-Estoy sudada- masculle.
Me puso mala cara.
-¿Me acompañas al salón por mi dinero?-cuestione recogiendo mi suéter.
-De acuerdo- aceptó. Durante el camino a tu aula iba platicando de algo, y Cheng me tomo de la mano entrelazando nuestros dedos.
Antes de llegar al salón, uno de mis compañeros me preguntó algo sobre una clase. Le respondí sintiendo de vez en cuando la mano de Cheng en mi espalda baja, termine de explicarle y entre al salón.
Cheng mee esperó afuera, recargado en el marco de la puerta. Sentía su mirada sobre cada movimiento que hacía. Volvi con él bajo su atenta mirada, no me dejó salir. Me retuvo del brazo.
-¿Qué?- cuestione confusa.
-¿Que quería ese?- cuestionó.
-La tarea de matemáticas- musite.
-Parece que quería algo más -. Me encogí de hombros sonriendo.
-Eres un celoso- lo acusase, después deje un beso fugaz en sus labios ganándome una sonrisita de él.
-Y cada vez estás más loco- dije.
-Por ti- respondió.
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