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Una de mis amigas había organizado una reunión en su casa con todos sus amigos, para ser sincera no esperaba que Cheng estuviera ahí. Lo había estado evitando todo el tiempo porque habíamos discutido y no nos hablábamos desde hace días, aunque en parte era mi culpa ya que lo había estado evitando, justo como ahora.
Ya tenia que irme así que baje al primer piso para poder despedirme de mis amigos y Cheng estaba allí, dude si debería acercarme o no, pero termine yendo.
Todos clavaron la mirada en sobre mi cuando interrumpí su conversación, pero la única que sentí fue la de Cheng, me despedí en general, diciendo que ya me iba y agradeciendo por la invitación. Abrace a mi amiga y me dispuse a ir a la salida cuando escuche una voz a mis espaldas que me hizo apretar los labios.
-Tenemos que hablar- lo escuche pero lo ignore, dijo mi nombre en tono de advertencia, pero seguí ignorándolo y continue con mi camino.
-Mierda ¡Escúchame!- gritó a mis espaldas.
Ya había salido del lugar, ni siquiera me importó que estuviera lloviendo, Cheng me detuvo del brazo y me giró hacia él bruscamente y lo fulmine con la mirada.
-Suéltame- espete.
-Por favor, hablemos- rogó.
Me solté del agarre -No tenemos nada de que hablar- masculle e intente darme la vuelta pero me retuvo.
-Vamos a hablar- dijo firmemente.
-¡Haz la mierda que quieras!- le grite y de repente su boca estaba sobre la mía, besándome desesperadamente. No pude evitarlo y me abrace a su cuello con la lluvia empapándonos.
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