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-¿Y tu qué haces aquí?- pregunte al abrir tu puerta.
-No fuiste a la escuela.- dije Cheng y yo alzase una ceja.
-Solo me di cuenta porque no escuché tu irritante voz en todo el día- volte los ojos.
-No tengo tiempo para esto.-
Impidió que cerrara la puerta con su brazo. Me mantuvo la mirada, lo que hizo me volviera consciente de mi aspecto. A ver, tampoco es que me viera tan mal, llevaba puesta una camisa grande que me cubría hasta los muslos y abajo unos shorts, mi cabello estaba recogido con dos trenzas un poco despeinadas y mi nariz estaba roja de tanto sonarme.
Aun así no que me importaba lo que el opinara sobre mi, o tal vez en el fondo solo un poco, de todos modos no me gusta que la gente me vea desarreglada.
-¿Estás sola en casa?-
-¿Por qué? ¿Hoy será el día que te deshagas de mí?-
-Nah. Aún hay mucha luz del día para deshacerse de un cuerpo. Además, llevo camisa blanca.-
Y si que se veía guapo con esa camisa.
De inmediato ignore ese pensamiento y estaba por preguntarle lo que quería cuando entró a mi casa entregándome una carpeta.
-Son copias de mis apuntes de clase. Y al final te escribí las tareas.-
-¿Por qué me das esto?- Me miró como si fuera obvia la respuesta.
-Porque no pienso dejar que uses como excusa el que faltaste a clase cuando entreguen calificaciones y sea yo el primero de la clase.-
-Ja. En tus sueños.-
-Eso ya lo veremos- respondió con una sonrisa ladina.
-Ahora. ¿Me diriges a tu cocina, o tengo que encontrarla yo mismo? Estoy seguro llevas todo el día sin comer.
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