Estuvimos hablando todos un rato hasta el punto en el que no sabíamos que hacer.
-¿Repartimos las habitaciones?- preguntó Balde.
Todos estuvimos de acuerdo.
-¿Cuantas habitaciones tienes?-le preguntó Ferrar a Pedri.
-Tengo 2 camas en la de invitados, una de matrimonio allí arriba y mi habitación-murmuró.
-¿Entonces hacemos parejas no?- preguntó Ansu.
Todos dijimos que si.
-¿Tu con quien quieres ir Amaya?-me preguntó Balde.
Todos me miraron.
Me quedé callada unos instantes mirándolos a todos.
-A mi me da igual-dije.
-¿Estonces vienes conmigo?-me preguntó Gavi para molestar a Pedri.
-Vale-dije siguiéndole el royo.
-¿Que? No, Amaya va conmigo-saltó Pedri.
-Va tío no seas celoso-dijo Ferran divertido.
-No soy celoso, solo que Amaya duerme conmigo-murmuró cruzanfose de Brazos como un niño pequeño.
Todos reímos.
-Esta bien iré contigo-le dije a Pedri.
Le salió una sonrisa al instante.
Acabaron de hacer las habitación y quedaron Gavi y Ferran y Ansu y Balde.
-Tengo hambre-dije mirando la tele.
-Yo también-me siguió Gavi.
-¿Hacemos algo para comer?preguntó Balde.
-Vamos-Ansu se levantó y todos le seguimos.
Todos nos sentamos en la isla de la cocina y empezamos a devantir lo que hibamos a comer.
-Yo se hacer tortitas-anuncié.
Todos se me quedaron mirando.
-¿Queréis?-dije nerviosa por qué todos se me quedaron mirando.
-Si queremos-dijo Ansu.
Me reí y bajé de él tamburete para ir a hacer las tortitas.
Mientras las hacia notaba todas sus miradas clavadas en mi nuca.
Cuando acabé deje un plato hasta arriba de tortitas en el centro de la mesa.
Cada uno cojió unas pocas y las probaron.
-¿Os gustan?-pregunté comiendo.
-Es lo mejor que he probado en mi vida-murmuro Ferran.
-No se como.o has hecho esto pero te felicito Amaya-me dijo Ansu.
-Me tienes que pasar la receta-dijo Gavi señalándome con el dedo.
Yo reí.
-Muchas gracias están buenísimas-me dijo Pedri dándome un beso en la mejilla.
Después de cenar y reírnos mucho fuimos a ver una peli.
Estábamos viendo una película de miedo.
Intenté convencerlos para no poner una película de miedo pero no me hicieron mi caso.
Estaba aferrada a él brazo de Pedri y el tenía su brazo en mi espalda.
Cada vez que me asustaba apretaba el brazo de Pedri lo más fuerte que podía.
Pobrecito debía tener el brazo como un tomate.
Cuando acabó los chicos estaban hablando.
Yo me acosté en el sofá y puse mi cabeza en las piernas de Pedri.
Me dormí y un roto después noté como estaba en una superficie blandita.
Noté como alguien me tapaba y a un cuerpo estirado a mi lado el qual abrazé.