Me desperté gracias a mi alarma.
-Apaga eso-dijo Pedri tapándose los oídos con la almohada.
Reí y la apagué.
Hiba a despertarme pero una mano me rodeó la cintura atrallendome hacia el.
-No te vayas-me dijo con la voz ronca.
-Voy a hacer el desayuno Pedri-le contesté divertida.
Se quedó mirándome, como si pensara algo.
-Te ayudo-dijo al fin.
-Vale.
Bajamos a la cocina que estaba conectada a el salón.
Allí estaban los padres de Pedri viendo do la tele.
-Buenos días-nos saludaron.
Les devolvimos el saludo y fuimos a la cocina.
Nos sentamos en la mesa.
-¿Que cocinamos?-le pregunté.
-Mmm.. tortitas-dijo entusiasmado.
-Okey-murmuré.
Comimos todo lo que hacía falta para hacer tortitas y empezamos.
Mientras las hacíamos apareció Fer casi arrastrándose.
-Buenos días-dijo aún con los ojos cerrados.
Se sentó en la mesa de la cocina y hizo ruido con la nariz,.como si estuviera holiendo algo.
Se levantó de inmediato.
-¿!Estáis haciendo tortitas?!-pregunto levantándose de golpe para mirar que hacíamos.
-Si, pero son para nosotros-murmuró Pedri.
-Va hermanito no seas así-pidió Fer.
-Vamos Pedri, hemos echo muchas y van a sobrar-murmuré.
-Se pueden congelar-dijo sin mirarnos.
Nos lo quedamos mirando serios.
-Esta bien, te daremos una-sopló.
-Que egoísta eres hermanito-dijo Fer antes de ir a el sofá con sus padres.
Yo reí y seguimos cocinando.
Cuando desayunamos nos fuimos a la playa y pasamos el día allí.
Cuando llegamos a casa ya era la hora de cenar.
Todos nos duchamos y nos arreglamos.
Yo me puese un bestido rojo muy bonito.
Había engordado un poco y estaba mirándome en el espejo.
-Deja de mirarte con cara de asco, eres preciosa y ese vestido te queda de locos-dijo Pedri abrazándome por detrás.
Le sonreí.
-Gracias-murmuré.
Bajamos y ya estaban todos allí poniendo la mesa.
Pedri y yo los ayudamos.
Cenamos entre risas, me lo pasé muy bien.
La verdad es que me sentía como en casa con ellos, me trataban como si fuera de la familia.
-Vamos a abrir los regalos-dijo Fer entusiasmado.
Le hicimos caso.
Cada uno abrió sus regalos.
Abrí una caja cuidadosamente.
-Es el bolso que quería-dije muy contesta.
-Ese regalo es el mio-dijo Fer orgulloso.
Le abrazé y le dí las gracias.
Abrí los demás y luego Pedri se giró hacia mi.
-Ven, todavía falta un regalo.
Me extendió la mano y se la acepté confusa.
Salimos de la casa y andamos por el paseo de la playa, lo único que nos alumbraba eran unas farolas.
Nos sentamos en la arena de la playa y se giró para mirarme.
Se sacó una pequeña caja de la chaqueta.
La abrió y dentro había un collar precioso.
Me quedé con la boca abierta.-E-es... precioso-murmurésin poder dejar de mirarlo.
Sonrió y sacó el collar de la caja para ponérmelo.
Me giré y me aparté el pelo.
Me lo piso y me volví a girar.
-Pedri..
-¿Si?-preguntó.
-Ya estoy lista-murmuré mirando el suelo.
Se giró hacia mi.
-¿Segura?
Sentí con la cabeza.
-Entonces..-dijo.
-Amaya, puedo ser tu novio.
Asentí contenta.
Me sonrió y luego me besó
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No se que poner:)