Ya llevábamos 3 días en casa de los padres de Pedri.
Hoy era 23 de diciembre, por tanto hiba.os a ir a comprar los regalos para mañana.
Llegamos a el centro comercial y todos nos separamos para no ver que compraba cada uno.
Empezé por los regalos de mis suegros.
A Rosy le compré un collar muy bonito de oro y con un pequeño diamante.
A Fernando le compré un teléfono por qué el suyo estaba muy antiguo y simpre se estaba quejando de que le hiba mal.
A Fer le compré un Ipad y dos sudaderas.
Y a Pedri le compré una pelota que había salido nueva, unas botas de fútbol que habia estado mirando y un apple watch.
Cuando acabé de comprarlo todo lo envolví y le puse los nombres de cada uno.
Cua do ya todos estuvimos fuimos a casa otra vez y dejamos los regalos debajo de el árbol que habíamos montado los dos hermanos y yo ayer.
La verdad es que habían muchísimos regalos.
-¿Quieres ir a dar una vuelta?-me preguntó Pedri.
-Esta bien-le dije guardando mi móvil.
Me cojió de la mano y salimos de la casa.
-¿A donde vamos?-le pregunté.
-Voy a llevarte a un sitio al que simpre hiba de pequeño-me contestó arrancando el coche.
Un rato después llegamos como a un mirador muy bonito.
Allí había un banco en el que Pedri se sentó y yo le imité.
-Esto es muy bonito-murmuré mirando el paisaje.
-Lo sé, solía venir aquí cuando era pequeño, era como mi lugar seguro-me dijo.
-Venga vamos, seguro que traías aquí a todos tus ligues-reí.
El se rió.
-Eres la primera persona a la que traigo aquí Amaya-me sonrió.
-¿La primera?-pregunté algo sorprendida.
Asintió con la cabeza y volvió a mirar el paisaje.
Me quedé mirándole unos segundos y inconsciente me salió una sonrisa.
-Te amo Amaya.
Me quedé paralizada.
Nunca me había dicho te amo.
Si me había dicho te quiero y todo eso pero te amo..
Nos quedamos mirando un rato.
Me acerqué a el y cuando estuvimos a pocos centímetros le dije.
-Yo también te amo Pepi.
Acorté la distancia entre nosotros y le besé.
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¿Que creéis que le a comprado Pedri a Amaya? Jaja
