Cuando salí de esa casa empezé a correr como nunca había corrido.
No sabía donde estaba ya que cuando vine no veía nada por las lágrimas y ahora no se volver.
Nunca había estado en Canarias y no sabía a dónde ir.
Había pensado en preguntarle a alguien como llegar a el aeropuerto pero no había nadie en la calle por qué era de noche.
Me quería ir de Canarias, quería volver a Argentina con mi familia y me daba igual que todas mis cosas estuvieran en la casa de los padres de Pedri, me daba absolutamente igual, solo quería irme.
Llegué a una playa y me senté en la orilla.
Aún quedaba un poco de sol y se veía el anochecer.
No se cuanto tiempo estuve allí, unas w horas aproximadamente.
Estuve llorando, lloré más que nunca, lloré más que cuando Mario me pegava, más que cuando me fuí a España y me despedí de mi familia, más que en las noches que echaba de menos a mis padres y mi hermano.
Todos los hombres son iguales, ¿como he podido pensar que el era diferente? ¿Como puedo ser tan tonta?
Estuve un rato más allí pensando en todos los errores que había cometido durante estos meses en los que había confiado en el hasta que ví como alguien se sentaba a mi lado.
Era el, era Pedri, me limpié rápidamente las lágrimas y lo ignoré.
-¿Me dejas explicarte?-me preguntó triste.
-Haz lo que te de la gana pero no tienes que explicarme nada, no somos nada ¿no?-le contesté aguantarnos las lágrimas y sin mirarlo.
Suspiro y se pasó la mano por el pelo.
-¿Te acuerdas cuando me dijiste que te habías ido con unos amigos?
Me reí irónica.
-Si, si me acuerdo, ¿y sabes con quien fui? Con Sira-intenté levantarme cansada de la situación pero me lo impidió.
-Lo sé Amaya, Ahora ya lo sé, la cosa es que.. me puse celoso ¿si? No soportaría verte con otro por que a la única persona a la.que he podido amar es a ti, y por eso llamé a esa chica.
Se puso las manos en la cabeza.
-La verdad es que no se por que la he llamado Amaya, no sé por qué lo he hecho yo solo.. no sabía que hacer.. lo sinto por haber dicho que no somos nada, significas mucho para mi, no se por que lo he dicho sinceramente-murmuró arrepentido.
Me quedé un rato mirándolo.
Empezó a llorar mientras miraba él mar.
-Si quieres irte a España otra vez lo entenderé Amaya, si no quieres volver a hablarme lo entenderé pero porfavor dime que me crees-dijo con los ojos rojos y llenos de lágrimas.
Me quedé unos segundos mirándolos decir nada.
-Pedri.. ¿tu quieres que me quede?-pregunté con miedo a la respuesta.
-Claro que quiero Amaya, es lo único que quiero ahora mismo.
Me quedé pensando.
-Me quedaré-dijé sin mirarlo.
Se giró hacia mi sorprendido.
Se tiro encima mio para abrazarme y me besó.
-Te quiero Amaya, eres lo que más quiero en este mundo.
-Yo también te quiero Pedri-le contesté sonriendo.
Estuvimos un rato abrazados y un rato después llegamos a su casa.
En el salón estaban sus padres, los había visto sólo una vez en un partido pero no habíamos ablando casi nada.
Por la forma en la que miraron a Pedri al entrar supe que Fer se lo había contado todo.
-¿Amaya cariño estas bien? ¿Ya os habéis arreglado no?-preguntó su madre abrazándome.
La verdad es que era muy cariñosa y muy buena conmigo.
Asentí en su hombro y el padre de Pedri lo miro mal antes de venir a abrazarme.
-Mm.. Amaya ves a la habitación de allí arriba, es la nuestra, yo de mientras le contaré lo que a pasado a mis padres.
Asentí con la cabeza y le hize caso.
____________
¿Que va a hacer Pedri para compensar a Amaya?