Tecchou estaba tomando su taza de té tranquilamente en la sala, mientras que su novio continuaba durmiendo. Jouno tenía el sueño pesado y eso a Tecchou le pareció bien este día para esperar la sorpresa que le daría a su pareja. Sonrió pensando en la posible reacción de Saigiku.
Luego de terminar de desayunar se levantó para ir a lavar sus cubiertos. Reflexionando un poco tomó la decisión de cocinar temprano, debido a que sería mucho lo que haría.
A diferencia de la creencia popular Tecchou es muy bueno cocinando e incluso podría decirse que le gusta, obviamente se abstiene a ponerle las cosas que normalmente le pondría a su comida, aunque no quita el hecho de que haga asquerocidades con su propio plato.Mientras cocinaba sonreía pensando en todos los lindos momentos que pasaba con Jouno, así era su receta especial; el amor.
Y el sólo hecho de ser consciente que alguien tan extravagante y hermoso como lo era su pareja lo mataba de felicidad.
Eventualmente el tiempo fue pasando y así, siendo las doce del mediodía, Tecchou colocaba la mesa.
Suehiro comenzó a poner los panes cortados en forma de corazón en una fuente, con ambos platos ya situados, acercó el plato principal.
Al mismo tiempo, Jouno desde la habitación donde se encontraba acostado, empezó a oler y sentir la comida. Sonrió somnoliento al reconocer ese aroma, era pescado con papas a la crema.
En la misma posición en su cama esperó unos momentos a que venga Tecchou, estaba deseoso de ser mimado.
Tal como una predicción el pelicastaño entró lo mas lento y suave a la habitacíon como pudo, se acercó a la cama y comenzó a besar la cara de Jouno. — Buen día, ¿vas a levantarte? —
Jouno gimió en negación. Hoy quería ser activamente caprichoso. — Mmh, un ratito más... —
— ¿Estás seguro? — Tecchou habló con ese tono pretencioso, algo tramaba y eso hizo temblar a su novio.
Asintió en respuesta, tapándose más. Y Suehiro comenzó a hacerle cosquillas en todo el cuerpo, Jouno rapidamente empezaba a retorcerse de la risa, por más molesto que se le hiciera.
— ¡Tecchou! — Hablaba entrecortado gracias a las cosquillas constantes — BASTA, YA ME LEVANTOO — Con toda la fuerza que pudo empujó con sus piernas a su pareja, intentaba recuperar el aire que se le habia arrebatado, ya había llegado a soltar lágrimas de la risa.
Tecchou se levantó del piso, complacido del resultado avisó que iría a esperarlo en la mesa. Mientras que Jouno se dirigía al baño a lavarse su rostro y dientes.
Ya luego de haber hecho su pequeña rutina de skincare, se dirigió a la mesa junto a su pareja. Aunque no pudiera ver, se sentía tan cómodo con el resultado que se le ortogaba en su nariz.
Tecchou le sirvió la cantidad justa y cada vez su humor aumentaba más. Curisomanete el pelicastaño se esforzó en no hacer una atrocidad con su comida, hoy no quería molestar de más a Saigiku.
Almorzaron en un cómodo silencio, compartiendo momentos que han sucedido en la semana, ambos dando sus opiniones y quejas (lo último fue más por Jouno).
Finalmente cada uno terminó su plato. Levantaron de forma tranquila la mesa, mientras se robaban besos como los amantes que eran.
Luego de que Saigiku terminara de lavar los platos con su dulce chico abrazandolo por la cintura, oyeron el timbre. — ¿Hoy tenía que venir alguien? —
— ¿No? — Dudó en responder Tecchou, recordó que tenía que llegar el regalo que le daría a Jouno y se puso ansioso. Tomó de la mano al ciego y lo llevó a que abriese la puerta.
Jouno recibió a un repartidor que prontamente habló — Entrega especial para Saigiku Jouno, de parte de Suehiro Tecchou. —
El peliblanco se encontraba confundido hasta que le fue entregado en brazos lo que parecía ser un peluche muy grande de conejo, con un correspondiente corazón en manos. Antes de que Jouno alcance a preguntar, Tecchou respondió sonriente — Feliz San Valentin. — su novio recibió lo demás que tenía el repartidor, una caja de chocolates amargos y dulces.
Pero no fue lo único, por lo que pudo reconocer un camión se acercó a la casa, abriendo sus puertas traseras y explotando de rosas de todo tipo de colores. Saigiku creyó que se moriría ahí mismo, pero además de amor también por el hecho de que tantos aromas lo comenzaron a abrumar, haciendo que estornude demasiado, y, por consecuencia; se desmayó.
Despues de lo que pareció ser unas horas Jouno se despertó. Se sintió deshorientado por un momento hasta que dedujo que estaba en la habitación de Suehiro y él.
— ¡Jouno! — Ese era Tecchou, sonaba afligido. — Pensé que te hice entrar en coma. — Habló muy serio, no parecía tomar la situación a juego.
— Ya quisieras, imbécil. —
Su novio se acercó a la cama, tomando la mano de Jouno para besar sus nudillos. — ¿Me disculpas? Pensé que te gustaría todo eso que hice. —
— Ay claro que me hubiese gustado si sólo hubiera sido un ramo de rosas, el camión fue demasiado. — Contestó molesto Saigiku, todo le parecía un chiste. — Te recuerdo que mi olfato es muy agudo.
— Oh. — Pensó unos momentos Tecchou. — Pero, ¿Me perdonas o no? —
Jouno comenzó a reírse, no aguantó el tono honesto y tonto que usó — Mi estúpido hombre, muchas gracias por casi matarme, te amo. — Jouno se acercó a besar felizmente a Tecchou, esa noche habría más que besos románticos.
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HONESTAMENTE esto fue una cosa pobre, peroooo creo que está bieeeen.
LO TERMINÉ, AHORA NO VUELVO A PUBLICAR HASTA EL AÑO QUE VIENE.
/hj