2

3.8K 504 89
                                    

—Está bien, espera, esta vez podré lograrlo —dije por séptima vez.

Yuji se quejó, observándome atentamente.

—Me da miedo esto.

—Oh, vamos, ¿no confías en mí?

—¡Claro que sí, pero esto...!

—¡Vamos, solo hazlo! —rogué—. Te prometo que no me estás lastimando en absoluto.

Revoloteé mis pestañas para intentar convencerlo más fácilmente, haciendo que desviara su mirada y soltara un profundo suspiro.

—¿Me dirás que me detenga si te lastima?

Asentí energéticamente, preparándome mentalmente para lo que estaba a punto de suceder.

—¡Incluso te lo prometo! —aun podía ver algo de duda en su mirada, así que agregué:—. Vamos, cariño, ya lo hicimos antes y no fue tan malo, ¿cierto?

El rostro de Yuji se tiñó de rojo, pero intentó cubrirlo con su mano libre, provocando que yo sonriera sin poder evitarlo. Después de unos segundos, se aclaró la garganta y dirigió su mirada determinada hacia mí.

—Bien, hagámoslo de nuevo —dijo.

—¡Pero esta vez hazlo con más fuerza!

—¿¡Qué!? ¡Pero...!

—Vamos, cariño~.

Tosió un par de veces, intentando no apartar su mirada, pero el sonrojo en sus mejillas lo delataba.

—Lo haré ahora —murmuró.

Esperé expectante, apretando lo que estaba en mis manos con más fuerza, cuando vi el movimiento de Yuji que tanto estaba esperando.

Sentí cómo la energía de mi Espada comenzó a recorrer mi cuerpo en cuanto el objeto voló en mi dirección; sin embargo, había sido tanta que no pude contenerla y el libro nuevamente me pegó en el brazo.

—¡Ah, maldición!

—¿¡Estás bien!? —preguntó Yuji, llegando a mi lado.

Le dirigí una sonrisa, deslizando mi mano sobre su brazo para tranquilizarlo.

—Claro que sí, no lo tiraste con toda tu fuerza.

—¡No podía hacerlo!

Solté una risa, pellizcando su mejilla suavemente.

—No me estaba quejando —dije con una sonrisa—. Pero..., ¿podemos hacerlo una vez más?

Hizo una pequeña mueca.

—Bien, pero no lo tiraré más fuerte hasta que logres hacerlo.

—Está bien, es un trato, cariño.

Yuji apretó los labios mientras daba una rápida mirada alrededor y luego se inclinó hacia mí para depositar un suave beso sobre mis labios, haciéndome sonreír.

—Intentémoslo de nuevo —murmuró, antes de alejarse completamente de mí.

Trotó de nuevo a su posición con el libro en una de sus manos, mientras yo volvía a tomar la Espada con ambas manos.

Comencé a sentir nuevamente que la energía llegaba a mi cuerpo, pero esta vez mucho más lento. Aunque sabía que no podía hacer lo mismo en una pelea, debía acostumbrarme primero a tomar y devolver la energía al objeto entre mis manos.

—¡Estoy lista! —exclamé.

Pero lo intentamos varias veces más, sin ningún resultado.

Solté un profundo suspiro, recostándome sobre el mango del arma con mucho cansancio. Aún cuando no había logrado lo que deseaba, el entrenamiento no había sido un desperdicio de tiempo.

Hacia la cima [ 2 ] | Yuji Itadori |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora