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Dahyun se encontraba en el departamento de sus amigas ideando una forma de que Jihyo perdone a Tzuyu, hasta que tocaron la puerta.
Chaeyoung se dirigió a la puerta para dejar pasar a su visita.
—Tzuyu, vamos a la tienda —ordenó Chaeyoung.
—¡Esperen! ¿¡Me van a dejar aquí!?
—No tardaremos —dieron media vuelta—. Dubu, rompe la promesa —finalizó.
Sin más se marcharon dejando sola a Dahyun con Mina.
—Hola —fue lo primero que se le ocurrió decir a la japonesa.
—¿Cómo supiste que estaba aquí?
—Chaeyoung me lo dijo —se acercó hasta quedar frente a la coreana y tomó sus manos—. Sé que la he arruinado muchas veces, pero estoy dispuesta a hacer mejor las cosas y quiero que tú estés a mi lado. Te amo Kim Dahyun, ¿Me dejarías amarte?
—Y-yo no sé si este lista, ¿podemos ir despacio?
—Entonces iremos despacio. Mucho gusto, mi nombre es Mina, ¿cuál es el tuyo?
"¿Por qué es tan atractiva cuando dice eso?", pensó la coreana, lanzándose hacia la japonesa, rodeando su cuello y besándola.
Mina sorprendida le correspondió mientras intentaba levantarla para llevarla al sofá que estaba a unos pasos de ellas.
Dahyun se colocó en el regazo de la contraria y esta llevo sus manos a sus piernas, levantado su falda.
—¿Podemos entrar? Tzuyu quiere ir al baño —interrumpió Chaeyoung, tocando la puerta.
Al escuchar a su amiga, ambas se levantaron rápidamente y acomodaron su ropa.
—¡Pasen! —exclamó Dahyun, avergonzada.
La taiwanesa entró corriendo, sin prestarle mucha atención a las dos chicas.
—¿Todo bien entre ustedes? ¿Pudieron arreglarse?
—Iremos despacio —respondió Dahyun, mientras tomaba sus cosas—. Me tengo que ir, mi mamá me pidió que le ayudara.
—Te llevo —dijo Mina, tomando su mano.
—Okay, nos vemos Chae.
Chaeyoung solo asintió y tomó su celular.
Llegando al estacionamiento, la japonesa le preguntó si iría a su casa o a la cafetería. —Mentí, vamos a tu apartamento.
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—
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Tzuyu extendió el ramo de flores hacia Jihyo en cuanto llegó.
—Lo siento, dame la oportunidad de demostrarte lo arrepentida que estoy.
La coreana tomó el ramo y llevó su mano al rostro de la contraria.
—No más mentiras.
Tzuyu negó con la cabeza —Haré las cosas bien, te lo mostraré. Jihyo solo la abrazó.
