— Hola, perdón por venir sin avisarte. — dijo chaeyoung. — Está bien, esto es una cafetería, puedes venir cuando quieras. — le contestó Mina con obviedad. — Bueno, yo solo vine porque quiero invitarte por un helado. No nos hemos visto, te extraño. — expresó la más baja con nerviosismo. — Chae, cuando te dije que necesitaba tiempo, realmente esperaba que me lo dieras. — Qué tonta, no te he dejado de molestar desde que me lo pediste. Lo siento. — respondió mientras trataba que su voz no se quebrara. Mina trató de acercarse, pero la más baja retrocedió. — Chae yo... — No digas nada, yo lo entiendo, tomate el tiempo que pienses sea necesario; yo te esperaré. — Chaeyoung dio la vuelta sin ver hacia donde se dirigía, hasta que chocó con otra persona. Esta la abrazó, supo que era Tzuyu. — Soy una tonta. — No lo eres. — respondió la taiwanesa, mientras limpiaba las lágrimas de la contraria y la llevaba afuera. — Vamos, te llevaré a un mejor sitio. — Que hay de Dahyun y Rosé. ¿Y cuándo regresaste? — Ya le avisaré a Dahyun, no creo que Rosé se aburra estando con ella y volví porque fui demasiado dura contigo, lo siento. — le respondió Tzuyu con culpa. — Está bien, tienes razón. — contestó la más baja. — Tal vez, aun así, no fue la mejor forma de decírtelo. — Mejor vayamos al departamento y me preparas algo. — expresó Chaeyoung mientras le sonreía, dándole a entender que ya todo estaba olvidado.
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