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SeoHo deambulaba por los pasillos de la empresa, luego de un leve descanso por las constantes prácticas que han estado teniendo últimamente. Los preparativos para el tour lo estaban agotando, sentía su cuerpo doler de la cabeza hasta los pies, ligeros espasmos de sus músculos tensos y cansados, además del constante peso en sus parpados por querer cerrarse y descansar.
Pero no podía, no debía. El trabajo de un artista era eso, esforzarse hasta que el cuerpo caiga, para dar todo de sí en las presentaciones. Por más que las circunstancias se dieran de esa forma. Habían pasado ya dos meses, y si era sincero no sabía qué decir o pensar. Lo único que hacía era preguntarse "«¿estoy bien?» " y automáticamente responder "«por supuesto que sí, ¿por qué no lo estaría?»" y sonreír ante sus miembros, ante sus fans y ante las cámaras.
¿Lo estaba? bueno, si el "estar bien" implicaba dormir lo adecuado y comer lo mejor posible, no lo estaba, pero era por su trabajo y no le preocupaba mucho. No es como si fuera su primera vez ayunando y sobrepasando los límites de su cuerpo. Pero si "estar bien" implicaba sentirse completamente feliz luego de... aquel suceso, no sabía qué responder.
El aniversario del grupo había sido hace un par de días atrás, habían jugado, reído, contado anécdotas y recuerdos tan lindos entre los... cinco. Suspiró cuando ese destello de memoria brilló en su cabeza, la cena que habían tenido y las risas que sacaron, lo que se grabó para los fans. Sin embargo también recordó lágrimas, aunque muy leves, de KeonHee y DongJu quienes luego de un par de vasos de cerveza se pusieron sensibles. Él no lloró, simplemente sonrió para sus chicos y se abrazaron en señal de apoyo, uno que iban a requerir siempre.
Entre la remembranza, no se dio cuenta que había llegado a cierto pasillo, lejos de la nueva sala de prácticas que usaban ahora, sintiendose algo perdido por no saber en qué momento sus pies lo trajeron hasta ese punto del edificio. Sin embargo, todo su cuerpo quedó paralizado por lo que sus ojos alcanzaron a distinguir. Ese gorro de campana, esa chaqueta de mezclilla, esa forma de andar. Su garganta se cerró y sintió que la respiración se le cortaba. Era él, estaba a solo unos pasos, entrando por la puerta de aquel estudio que había dejado de frecuentar.
Era Kim YoungJo.
Él no lo alcanzó a ver, simplemente abrió la puerta y entró sin más. SeoHo estaba sin palabras y no sabía qué hacer. ¿Debería acercarse y saludar? ¿Saludar para qué? ¿Debía correr de regreso a la sala de prácticas? Sí, eso sonaba de lo más prudente debido a su apretado horario, pero él estaba ahí. No podía hacerse de la vista gorda ¿o era lo correcto? ¿Qué era lo correcto realmente?
Su cabeza comenzó a dar vueltas por las preguntas, pensamientos, ideas y emociones que le llegaron de golpe. Trató de respirar manualmente ya que sentía que no podía hacerlo de forma involuntaria. Sus pies de nuevo lo engañaron, haciendo que avance un par de pasos hasta aquella puerta translucida, asomando su cabecita azabache por la parte entre abierta. Se veía algo apresurado, buscando cosas en su escritorio y en aquel sofá donde varias mudas de ropa y una frazada mal puesta se encontraban. ¿Había estado durmiendo ahí?
