(We're) Still with you

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El sol había caído sobre aquel horizonte que separaba al enorme océano del cielo que poco a poco se teñía de negro debido a la noche próxima

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El sol había caído sobre aquel horizonte que separaba al enorme océano del cielo que poco a poco se teñía de negro debido a la noche próxima. El aire era más frío en aquel lugar gracias al oleaje salado que rompía con furor en la orilla de la arena, llevándose consigo todo su rastro de huellas descalzas que dejaba impregnando en el camino.

Febrero llegaba a su fin, pero el invierno cobraba facturas altas colando el frío por debajo su ropa pese a todas las capas que llevaba puesta. Sus pies, totalmente pálidos por el contacto entre la frialdad del agua y las bajas temperaturas, comenzaban a escocer y horniguear, sin embargo ignoraba todo ello con tal de seguir metido en sus pensamientos.

El tiempo se pasó volando para muchos, un año había terminado y otro daba rienda suelta a los días, pero para YoungJo, todo había sucedido tan lento luego de aquel día donde todo su mundo cayó frente a sus ojos. Sentía que la eternidad le pisaba los talones cuando intentaba avanzar y poder superar lo que le arrastraba a un oscuro abismo del cual no había salida.

Su mente se ponía en automático cuando no cabía más que pensamientos crueles aferrados a un recuerdo borroso de rostros mirandolo con toda clase de sentimientos encontrados. Trataba de evadir esas palabras que hacían eco en sus oídos, aquellas que le reprochaba su cobardía y su manera de darle solución al problema. En sus ojos, los cuales llegaron a brillar de orgullo de ver lo mucho que él y sus hermanos habían crecido, ahora solo reflejaban su apagado ser con dolor y angustia.

Había olvidado lo que era dormir propiamente desde hace años atrás, donde su mente creaba melodías y letras para muchos proyectos que más de una vez fueron desechados cual basura por quienes le prometieron ayudarle a su sueño. Había olvidado lo que era comer sanamente cuando sus horarios estaban tan apretados que con suerte podía cambiarse de ropa para la siguiente actividad que le tocaba.

Había olvidado lo cruel que era cumplir su más grande sueño.

Solo que todo ese sacrificio valía la pena cuando prendía su cámara para hacer en vivos por las noches, cuando varios horarios al rededor del mundo estaban en sintonia y así todos aquellos que quisieran un lugar seguro al cual acudir lo encontrasen. Todo el desvelo, hambruna y dolor de cuerpo valia la pena cuando podía leer a quienes le expresaban su sentir y su admiración mediante mensajes, cartas o comentarios.

Siempre dio todo de sí para que su gente estuviera bien. Ese era su lema de vida al cual, incluso cuando sentía desmoronarse, se aferró con todo lo que le quedaba para no tener que arrastrar a los chicos que más amó durante su corta vida y que no se vieran afectados por sus decisiones.

Por eso, luego de cuarto largos meses, rozando los cinco realmente, es que la soledad se volvió su única acompañante. Ahora, lo único que lo mantenia cuerdo dentro de sus cuatro paredes era el ruido del atomizador de ambiente, el aire acondicionado y el ruido lejano de carros andando por la carretera.

Ahora, las noches en vela no eran por tener en mente próximas canciones, sino era para alejar todas esas pesadilla que no eran más que recuerdos oscuros de aquella última vez que los vio, ese último adiós que soltó tan dolorosamente y que no fue correspondido.

☁ 𝑺𝒂𝒗𝒆 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒕𝒆𝒂𝒓𝒔 ☁ 『원어스』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora