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Había pasado un buen tiempo desde que SeoHo había salido de la sala de prácticas para ir al baño. GeonHak lo notó en cuanto su reloj sonó la alarma que anunciaba las 10 de la noche, hora que correspondía a su última proteína del día. Ya era tarde, y los ensayos no avanzaban en nada. Sin embargo, la maknae line se estaba distrayendo en ese pequeño lapso de descanso con juegos sin sentido y risas adorables.
Pero no apaciguaba la consternación del mayor en turno. Su hyung no había regresado y este no era de desaparecer tanto tiempo. Algo había pasado. Una pequeña corazonada se lo decía. Pidió permiso para irlo a buscar, con la excusa -no tan errónea- de que se hacía tarde y debían avanzar con el esayo, prometiendo no tardar en traer al chico con complejo de ardilla a la sala.
En los pasillos, trató de marcar al celular del mayor, sin éxito alguno ya que no entraban las llamadas. "«Seguramente lo trae apagado para que no lo molesten. Hyung tonto»". Suspiró derrotado. Ahora debía buscar en cada pasillo de la empresa al azabache, rezando por no tardar tanto para encontrarlo.
Caminó y caminó, bajó escaleras y subió de vuelta por el ascensor, sin éxito. Entró a la Us Room con la esperanza de verlo dormido ahí, pero no estaba tampoco. Resignado, pensó en regresar a la sala de prácticas, capaz el mayor ya había regresado y esto era una pérdida de tiempo. Pero unos ruidos cerca de la habitación del grupo lo desconcertaron. La voz del mayor gritando algunas palabras y posiblemente llanto del mismo.
¿Qué?
Seoho con esa actitud era realmente raro, pocas veces lo había oído así, por lo que dudó en primera instancia que fuera su hyung, pero, al acercarse lentamente donde la posible pelea verbal se efectuaba, un sentimiento de familiaridad lo inundó. Uno no muy agradable ahora. Conocía ese pasillo mejor que nadie, no sólo por la Us Room, sinó porque cerca, a solo dos o tres puertas, estaba el estudio de él.
Oh no.
GeonHak reconoció esa puerta abierta, reconoció el tapete que estaba fuera de la habitación que era tan característico del propietario del estudio. Su estómago se revolvió sin pensarlo. Era el estudio de YoungJo. SeoHo estaba gritando en el estudio de Kim YoungJo. SeoHo y YoungJo estaban en la misma habitación.
Un sentimiento de protección lo inundó. Sintió que debía entrometerce en la situación para sacar a SeoHo de ahí. Últimamente su hyung estaba muy sensible. El nuevo puesto de hermano mayor le estaba cobrando y GeonHak no dudaba en ayudarle con la carga, aunque SeoHo se hiciera el fuerte. Sabía que le sufría y odiaba la impotencia que eso le generaba.
Una vez cerca de la puerta, cuando iba a entrar sin aviso alguno, se topó al quien fue el mayor de todos de frente, quien lo había traído a su familia luego de intentos fallidos de un sueño que creyó imposible. Estaba a unos pasos suyos, con la cabeza gacha y apretando las tiras de su mochila.
ㅡLo siento mucho...
Le escuchó decir con la voz rota. Geonhak sintió una molestia creciendo en su interior apenas había concluido la frase ¿Lo sentía? ¿De verdad? Se había ido, los había dejado. Aún estaba molesto con aquel hombre que les dijo que podían sacar al grupo adelante sin él, aquel hombre que no les dio oportunidad de ayudarlo a solucionar la situación, aquel hombre que salió sin más de la sala de juntas luego de decir adiós, aquel hombre que ahora estaba frente suyo, estático por el momento de tensión que tuvo hace solo unos instantes con SeoHo, quien logró mirarlo y sus ojos estaban cubiertos por lágrimas, desbordando en cascadas sobre su rostro cubierto por la mascarilla negra.