UnLUCKY BOY [JaeDo]

CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 1

—¡Mierda! ¡Llego tarde!—Exclama un chico alarmado viendo la hora en su reloj de pulsera mientras cogía su mochila del escritorio y bajaba las escaleras que llevaban hacia el piso inferior de aquel pequeño apartamento.

  Kim DoYoung iniciaba el día de hoy sus prácticas en una de las agencias de publicidad más prestigiosas de Corea de Sur. Prácticas que no le fueron fácil de conseguir, por lo que ahora se reprochaba su descuido al no cerciorar que la alarma estuviera activada.

—¿Por qué me tienen que suceder estas cosas siempre? —Se preguntaba con lamento y sus ojos brillando por las lágrimas que querían salir. —Ah… Mierda—Detuvo su caminar e inhaló todo el aire que podían captar sus pulmones, luego exhaló lo más fuerte que pudo y… ¡PLASH! —¡Ouch! —Soltó un quejido para inmediatamente sobar unas mejillas rojas que a causa de su impulso; hubo golpeado en un intento por calmar los pensamientos catastróficos que llegaban a su mente por el mal comienzo de su día.

—¡Yah, Kim DoYoung! Aún puedes llegar a tiempo si tomas un taxi hasta la estación. —Se animaba a sí mismo. Sí… Este era su primer día y si se esforzaba podría enmendar su error. Ajustó sus gafas y comenzó a levantar su mano para detener a algún taxi que no estuviera ocupado aún.

  No transcurrieron cinco minutos cuando ya se encontraba abordando aquel vehículo de servicio, dió las indicaciones al conductor comenzaron a movilizarse.

—Bien, sólo debo tomar otro taxi un vez llegue a la estación de la empresa y aún si ocurre algún contratiempo estaré llegando a la oficina del vicepresidente con diez minutos antes de la hora citada—murmuraba a la pantalla de su móvil que mostraba la aplicación de Google Maps. Se recostó en el espaldar del asiento y cerró sus ojos.

No podía evitar aquel curveo de sus labios, comenzaba a fantasear sobre su nueva vida dentro de la empresa.

Era un sueño hecho realidad. Su carrera la administración de empresas y era todo un logro conseguir un puesto como practicante en aquella agencia que llevaba dos años posicionándose como la empresa que más ingresos obtenía tanto dentro como fuera del país.

  Por supuesto que la reputación de la universidad a la que asistía era de mucha ayuda, sin embargo, él ha sido el primer becado en lograr que sus prácticas fueran aceptadas allí. Lo siguiente sería lograr su permanencia allí, una vez se graduara.
—…mos. ¡Señor! —Gritó el conductor sacándolo de su pensamientos y haciéndolo saltar del susto.

—¿Sí? Diga—Contestó una vez recuperado del susto—. Llegamos —Repitió el que yacía en el asiento delantero ya fastidiado por lo despistado que podía llegar a ser aquel cliente.

   El joven agranda sus ojos sorprendido —¡Oh! Sí, sí  —se apresura a pagar la tarifa que marca el taxímetro—Muchas gracias—dice saliendo del auto y haciendo una pequeña reverencia para luego alzar la mano a modo de despedida, aunque el taxi ya había arrancado e iba unos metros de distancia de él.

Caminó apresurado dentro de la estación sin necesidad, pues, iba bien de tiempo. —Vamos bien—se dijo al ver su reloj. En un minuto ya estaría abordando el andén.

Treinta minutos después ya estaba llegando al edificio. Atravesó la enorme puerta giratoria y cuando llegó a los validadores cayó en cuenta sobre algo y se llevó las manos a su boca, su rostro reflejó el pánico.