CAPÍTULO 3

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Jeno aún llevaba a rastras a DoYoung en lo que escuchaba sus reclamos por declararlo novio de Johnny ante su superior.

—Debes parar con eso, te lo he dicho muchas veces; no regresaré con Johnny—soltó sabiendo que era ignorado. Ya estaban delante del auto de Johnny y Jeno abrió la puerta del siento de copiloto y empujó a DoYoung al interior de este para enseguida tomar lugar en uno de los asientos traseros.

  A DoYoung le resultó incómodo saludar a Johnny por lo sucedido minutos antes pero lo hizo.

—Largo tiempo sin verte bunny. Lamento mi ausencia pero como te había dicho, era un problema que requería mi presencia inmediata, traje algunos regalos—dirigió una sonrisa galante  DoYoung.

—No estuviste mucho tiempo fuera y con mis trámites para las prácticas, no noté tu ausencia. De hecho supe que habías ido a Américo porque Jeno lo comentó hace unos días—sinceró.
—Ya veo…  Es por eso que mis mensajes siguen apareciendo como no leídos, has debido tener muchas ocupaciones—suspiró el que iba detrás del volante.

—Lo siento —se disculpó, era verdad que estuvo ocupado con la mudanza y el papeleo en la universidad y la empresa pero él simplemente no quiso mirar los mensajes del otro. Ahora que lo meditaba, no estuvo bien su actuar.

  El ambiente se volvió pesado y DoYoung decidió cambiarlo, pues, él era el responsable de ese cambio.

—¿Cómo se encuentra el Sr. y la Sra. Suh? —preguntó con la mirada gacha y jugando con sus manos ansioso. No era muy de él saca conversación.

—Se encuentran muy bien. Mi madre tuvo la idea de enviarte un regalo cuando le comenté que lograste obtener tus prácticas en el Japan Rail Pass— rio ante sus últimas palabras y esperó el manotazo que siempre lanzaba DoYoung ante aquella broma—Nunca podré superar esto—carcajeó.

  Era un broma que le gastaba Johnny en el tiempo que fueron novios y tenían esas charlas sobre sus sueños.

—Adelante, con gusto seré su violinista durante los queda de trayecto—escucharon la queja que venía de los asientos traseros—Sólo te advierto  John-hyung: Yo siempre seré el primer lugar para mi hyung.

  Y los mayores rieron ante lo dicho era justo como cuando Jeno supo que estaban saliendo.

—De eso no tengo dudas, siempre he estado celoso del lugar que ocupas en el corazón de DoYoung, pero soy un novio comprensivo y gracias a ti es que ahora estamos los tres aquí.

  Entre risas y bromas llegaron a esa cafetería que tanto amaba Johnny y que habían vuelto su sitio de “reuniones”. Tomaron su orden y enseguida el mayor de todos colocó una gran bolsa de papel sobre la mesa que antes había colocado a sus pies.

—Este es el regalo de felicitaciones por parte de mamá, dice que aunque rechazaste la oferta de nuestra empresa igual serás el mejor en tu área—sacó una caja un poco alargada de la bolsa. DoYoung rio imaginando la escena con la Sra Suh.

  Antes de abrir la caja, ya tenía a Jeno apoyando el mentón sobre su hombro para mirar mejor lo que había en el interior, le dio un empujoncito para que no fuera fisgón y se dignó a ver su regalo.

  Era una pluma dorada que mostraba las iniciales de su nombre. Estaba encantado y sin palabras, giraba la pluma detallándola, cayendo en cuenta en otro detalle que desató su risa.

—Sabía que la Sra Suh haría algo así—continuaba riendo bajo la mirada curiosa y confusa del menor a su lado.

—¿Qué sucede? —preguntó a Johnny, pues, el otro aún reía sin parar. No entendía qué le causaba tanta gracia.

—Mamá mandó a hacer esa pluma exclusivamente para DoYoung, pero ordenó que  también enmarcaran el logo de nuestra empresa. La verdad es que esto es algo que sólo los directivos portan.

  La risa de DoYoung se detuvo, no espera aquello—Oh Dios mío, la Sra Suh me ha dado algo tan importante ¿Es una especie de chantaje para que vaya con ustedes? —Llevó sus manos a la cabeza alarmado—No, igualmente si me voy con ustedes sólo sería un pasante cualquiera.

—Y el material es de oro auténtico—añadió y disfrutó aún más la reacción del otro.

—Wow Hyung, es un gran regalo. La suegra te quiere mucho—burló y calló a sentir dos miradas serias.

—Ciertamente mamá te quiere mucho Dokkie, pero este regalo es un reconocimiento a tu esfuerzo y una especie de buenos deseos en tu vida profesional. No lo tomes como algo más, de haber sido así, me hubiese negado—aclaró.

—Está bien John, los regalos de la Sra Suh cuando era mi suegra eran completamente distintos. Pero igual de ostentosos—sonrió. Su suegra era de regalarle muchas joyas.

  Mientras Johnny iba por las bebidas, Jeno aprovechó y le susurró a DoYoung—: Hyung si aceptaras a John-Hyung no tendrías que preocuparte por tus finanzas. Ambos se quieren, hacen buena pareja y estarías con el heredero de una franquicia—en estos momentos DoYoung sentía que delante de él estaba un vendedor dándole la oferta de su vida.

—No digas tontería, eso jamás me ha importado. Ten en claro Lee Jeno, cuando decida volver a salir con alguien será porque le amo y no porque quiera un patrocinador—regañó. Jeno aún tenía mucho por aprender.

—Pero tú y Hyung se quieren, te haces mucho lío.
  Estaba por negar la afirmación pero guardó silencio al mirar que Johnny se acercaba.

—¿Por qué esa cara Do? Si no quieres el regalo no hay problema, le explicaré a mamá—le tendió la bebida.

—No es eso, este regalo significa mucho para mí. Lo atesoraré—volvió el objeto a la caja y tomó un sorbo de su bebida.

  El siguiente era el regalo de Johnny a Jeno. Eran unos guantes de boxeo de edición limitada que no habían llegado a Corea y el mayor sabía lo mucho que deseó el chico aquellos guantes.

—Vaya, jamás imaginé tenerlos ¿Cómo pudiste dar con ellos hyung? Yo incluso busqué en sitios de subastas pero no conseguí nada—miraba maravillado los guantes.

  Jeno tenía el boxeo como hobbie desde la escuela, muchas veces le pidieron unirse al club pero este descartaba la idea. No era algo que quisiera tomar muy en serio y a DoYoung tampoco le emocionaba que el muchacho anduviera cada cuanto con moretones en la cara. Ahora en la universidad frecuentaba menos el gimnasio pero en el dormitorio tenía un saco de prácticas que el mismo DoYoung le regaló. Para el mayor era más tranquilizador saber que su pequeño hermano estaba en su casa dándole a un saco en vez de él ser el saco de algún mayor en el ring.

UnLUCKY BOY [JaeDo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora