Petra estaba realmente confundida. No entendía cómo aquellos sujetos podían manejarse tan bien en un espacio tan pequeño de forma tan veloz y sin haber pasado por un entrenamiento como ellos. De hecho, si no tuviese la experiencia que le había dado el pertenecer al cuerpo de exploración le sería imposible seguirles el paso.
Levi, en cambio, solo podía pensar en qué planeaban. No era normal que trataran de distraerlos de una forma tan pobre, porque algo era claro. Ese grupo definitivamente quería llamar su atención. Delante de ella, la chica aterrizó en uno de los techos y corrió casi llegando borde de este. El cabo que estaba llegando a ese mismo tejado también comenzó a correr, sin contar con que la chica voltearía de la nada, corriendo hacia él. De pronto, ella accionó el equipo y los ganchos se aferraron a dos estructuras que dejaban al medio a Levi. Al ver que se le venía encima, alcanzó a agacharse y con ayuda de la espada pudo detenerse de caer del tejado para voltearse. Uy, la chica no estaba allí.
Se puso de pie, agitado y confundido, hasta que notó que a unos metros de él había unas tablas de madera rotas. Definitivamente se metió por allí. Rápidamente se arrojó por el agujero recién hecho y se ayudó con el equipo para que su caída fuese menos peligrosa. Con ambas espadas firmemente aferradas a sus manos, volteaba a su alrededor tratando de ajustar su vista a la oscura habitación. Una punzada de disgusto le apareció en el estómago cuando vio todo lleno de polvo.
— Bien, muchacha. Sé que estás aquí — Habló fuerte y claro, dando vueltas en su posición con cautela. — Si sales ahora, todo será más sencillo para todos.
Silencio. La idea de haberse equivocado de lugar se cruzó por su mente. Entonces, a sus espaldas escuchó un ruido metálico. De inmediato volteó y ya pudiendo usar mejor su vista, notó una silueta femenina avanzando hacia él lentamente.
— Bien, que sea más sencillo entonces — habló la mujer, quién le observaba con ojos grandes y expresivos. Ninguno se quitaba la vista de encima, preparados para cualquier movimiento extraño.
— Que buena chica. Ahora tira tus armas al suelo y te prometo que seré gentil.
— Primero, vas a escucharme. — Bingo. Levi sabía que algo se traían en manos como para haberse movido así. Si había escándalo con los otros que escapaban de Petra y Auruo, ninguno de los dos tenía idea. El silencio que los envolvía era absoluto. — ¿Vas a bajar las armas o tendremos que estar todo el tiempo así de tensos?
— Si quieres nos sentamos a tomar una taza de té y a comer galletas si te parece más cómodo — la paciencia no era su virtud, pero aunque no buscaba más que molestarla, ella rió.
— Jamás hubiera pensado que el capitán del cuerpo de exploración pudiese hacer chistes. No con esa cara, claro... — se enderezó y metió las espadas en los cartuchos del equipo. Se acercó al hombre con paso firme, sonriéndole. Esto desconcertó a Levi, que retrocedió sin bajar las cuchillas.
— ¿Vas a hablar o necesitas que te saque las palabras a la fuerza? — amenazó, pero luego negó con la cabeza. — ¿Sabes qué? Ni siquiera me interesa lo que tengas que decir.
Terminó por enderezarse y guardar las hojas en los cartuchos. La chica caminaba a su alrededor, con las manos tras la espalda. Levi entonces pensó en saltar sobre ella, tal vez sería sencillo esposarla mientras ella no lo mirase.
— Los militares son todos iguales, ahora no me cabe duda — soltó la chica, suspirando como si estuviese decepcionada. — Atacar por la espalda a los desvalidos o aprovecharse de sus debilidades no son más que rasgos cobardes, dignos de ustedes.
Levi se inmovilizó. Justo había dado un leve movimiento para abalanzarse sobre ella y detenerla. ¿Cómo supo lo que iba a hacer?
— Esperaba que como parte de un escuadrón como el suyo tendrían otros valores, pero veo que no.
— Claro que no, mi misión es detenerte, no pedirte por favor que te pongas las esposas. — no lo pensó de nuevo y se impulsó con el equipo, sacando rápidamente una de las cuchillas. El ruido del metal chocando de su arma con la de la chica retumbó por la enorme habitación. Ella saltó hacia atrás, agachándose cuando este movilizó con fuerza la espada de forma horizontal, esperando cortarla. Dio una voltereta y extendió el arma que alcanzó el cuello del hombre, pero de inmediato tuvo que agacharse otra vez para esquivar la espada de este.
Golpeó entonces sus piernas y Levi cayó al suelo con un quejido. Antes de que pudiese ponerse sobre él, este le dio una certera patada que le provocó tanto dolor que gimió, pero no se demoró en ponerse de pie al igual que él. Ambos con un dolor punzante en una parte específica del cuerpo.
Levi arrojó las armas al suelo y se soltó el equipo de la cintura, cayendo con un ruido sordo sobre el suelo de madera.
— Bien, definitivamente no quieres hacerlo de la manera sencilla. Entonces lo haremos de la manera difícil.
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Mi último aliento - Levi Ackerman
FanfictionLevi Ackerman, considerado el soldado más fuerte de la humanidad, un hombre aparentemente frío y sin corazón, se ve perturbado ante la presencia de una mujer. Una criminal de los suburbios que al igual que él, tuvo una vida dura en la cual luchó cad...