Querida Bri de 12

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Mi pequeña yo:

Bri, yo de 12, no sé cómo decírtelo, porque vas a estar muy feliz cuando te enteres.

Bueno, si no mal recuerdo, a los 12 y unos meses lo conociste. Creíste estar en un sueño más que solo especial, lo conociste a Josué. Eras tan chiquita.

Teniendo solo 12, un chico de 17 te atrapó en sus redes, convirtiéndote en una mini versión de él, bueno, no tan mini. Y, si no mal recuerdo, unos meses después te dejó. Tenías 13 cuando eso pasó. Te diagnosticaron depresión después de eso, fue muy feo, lo sé. Adoptaste la única parte que conocías de su personalidad como propia.

Sé que dolió y mucho. Sé que la pasaste mal. Pero te puedo decir, que después de casi cuatro años, ya no duele.

Hoy con 16, Bri, en unos meses cumplo mis 17, la misma edad que tenía él. Hoy con 16, te puedo decir que no duele, no duele nada.

Te estoy escribiendo a las 03:08am del 15/02/2023. Pero lo ví, le hable el 13/02/2023.

Me lo crucé volviendo de rendir, al rededor de las 17:30/18 de la tarde. Tuviste un ataque de pánico, porque siempre que creías verlo, resultaba que no era. Y, cómo está vez si era él, tuve un ataque.

Llamé a Pau, le dije lo que pasaba y se enojó, se enojó bastante, pero me acerqué igual.

Fue una conversación tan trivial, cómo importante.

Le preguntaste si de verdad era él. Obviamente dijo que si.

Te voy a decir algo que si te va a importar, ya no es "mi pela", ni siquiera es "el pela", está igual que cuando lo conociste. Ni siquiera es "mi Josué"... "Mi" eso ya no existe cuando de él se trata.
Está igual de lindo, no me arrepentí ni por un segundo de haber tenido algo con él, porque seguía igual. Parecía como si no hubiera pasado el tiempo.

Le pregunté si se acordaba de mi. Me dijo que si, que del poli.

Me miró con sus ojos marrones, esos que no llegan a ser ni oscuros, ni claros, solo marrones. Y no dudé para nada de que si, en algún momento estuve muy enamorada de él.

Le dije mi nombre, y me dijo "2019". Jo-der. Se acuerda.

Me tomé la libertad de mirarlo, seguía con la nariz un poco torcida, sigue sin notarse. Casi.

Dijo que le pareció que me había quedado mirándolo y le dije que era porque no estaba segura de si era él, le pedí perdón y me dijo que no pasaba nada. Supo que mentía.

Tenía esa barba de pocos días, esa que siempre te gustó.

Me atreví a preguntarle cómo estaba. Me saqué un peso de encima cuando dijo que estaba bien.

Sigue sin ser mucho más alto, casi que llegas a su altura, quizá unos 10 o 15 centímetros más que yo. No soy buena calculando eso, pero ya no te saca una cabeza.

Me preguntó cómo estaba yo y le dije que bien. Que hace bastante venía medio preocupada porque  nadie sabe nada de él. Me dijo que no, que está desaparecido, pero bien.

Tenía el mismo corte de pelo. Seguía siendo un negro fuerte, natural, azabache, y espeso.

Me dijo que estaba muy cambiada, muy diferente a como era antes. "Si, lo sé, no me ves desde mis 13 años, estoy más que solo cambiada" pensé.

Me mostró que llevaba a su gato y lo acaricié un poco, hasta que nos quedamos callados mirándonos, y se repitió.

En 2019, él te tenía de la cintura ¿Verdad? Estaban parados y sacaste tu celular, los dos lo miraron a la vez, lo miraron para saber la hora, cuánto tiempo tenían.
En 2023, no me tenía de la cintura, pero estabamos frente a frente, y saqué tu celular, los dos lo miramos a la vez para ver la hora, yo quería saber cuánto tiempo teníamos, él... No lo sé.

Le dije que ya me tenía que ir. Me acerqué a saludarlo con un beso en el cachete, como si fuéramos viejos amigos que no se veían hace un par de meses.

Y me fije, por última vez, probablemente en mi vida, en su boca. Esa boca de labios gruesos, con su sonrisa blanca.

Y me fuí.

Todavía un poco hipnotizada por sus ojos, lo escuché decir "nos vemos".

"No, Josué, yo sé que no nos vamos a volver a ver" pensé, porque ya soy libre.

Después de casi 4 años, mi yo de 13, puede estar en paz. Puede estar en paz de que AL FIN, sabe que una persona que amó y que la dejó, está bien. Y mi yo de 12, puede estar tranquila de que pudo sanar.

Porque, a penas me alejé, sentí como si todo el peso de los años que llevaba cargando conmigo cada día, se lo hubiera entregado cuando lo miré a los ojos.

Porque ya no duele, no duele para nada. Ya no ruego verlo en cada esquina, ya no pienso en que diría él si yo hago algo que desaprobaría. Ya no. Ya soy completamente libre. Ya puedo seguir adelante.

Estuve bien, increíblemente no me hizo mal verlo, me hizo bien, me sacó mucho peso de encima. Un peso que no me pertenecía.

Puedo seguir adelante después de tantos años, así que, vos, Abrilita de 12, amalo. Amalo con fuerza, pero nunca te olvides de vos, segui cada uno de mis pasos, porque no me arrepiento de nada, porque vale la pena el dolor, cuando termina en un momento de plenitud tan grande como el que sentí yo el día que me reencontré con él.

Ya cuide de vos, ahora te dejo ir, para ser yo misma, mi yo de 16.

A.S

mis cartas a todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora