★capitulo cinco★

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Dorcas nunca se había considerado alguien de carácter tímido, si, era poco sociable, pero no tímida, simplemente no le interesaban las personas, hasta que llegó Marlene. Con la llegada de la rubia la vida de Meawdonnes se había puesto totalmente confusa, cuando debería ser confiada, era tímida, cuando debería rodar los ojos, sonreía, cuando debía decirle que no a estar en su cuarto solas porque ni si quiera son tan amigas, la tenía recostada sobre su cuerpo.

—Me alegra que hayas aceptado mi invitación —murmuró Marlene mientras se quedaba dormida.

—A mi igual —Se quedaron en silencio, tan solo unos segundos, pero de sintió tan pacífico... —¿Puedo hacerte una invitación yo?

—Puedes hacerme lo que quieras —La cordinación cerebro-boca no funcionaba en la rubia en estos momentos, tal vez el sueño el olor a lavanda y cerveza de mantequilla.

—¿Quieres venir al baile de San Valentín conmigo?

—Creí que era obvio que íbamos a ir juntas —murmuró Marlene en un bostezo. —, pero si, me encantaría

Dorcas asintió y continúo acariciando el sedoso cabello bajo sus dedos hasta que ambas cayeron en un profundo sueño. La expresión suele ser "En los brazos de Morfeo" pero ¿Quién mierda se creía Morfeo para que alguna de las dos caiga en sus brazos?, ellas cayeron mutuamente en sus brazos, porque era el único lugar donde querrían dormir por el resto de sus vidas.

A la mañana siguiente amanecieron apuradas, pues se les habia hecho tarde para clases. Maldijeron ambas a la vez cuando se chocaron tomando sus zapatos y cuando Dorcas estaba por salir de la habitación fue detenida por el brazo de Marlene.

-¿Te veo en clases? 

-Claro que si -afirmó antes de salir corriendo directo a sus habitaciónes.

Los días pasaban, tal vez más lentos que de costumbre o tal vez solo era la ansiedad, pero estaban todos corriendo de un lado al otro buscando con quien irian al baile o que tipo de ropa usarian. Todos menos Dorcas, quien ya tenia todo planificado.

Dos horas antes de que empiece la fiesta, la slytherin salió de la ducha mientras veia a sus compañeras de cuarto, las trillizas Black, correr para ver quien se bañaba primero, Dorcas soltó una pequeña risa mientras comenzaba a maquillarse. Antes de la ducha habia decidido que queria cambiar su estilo, a si que ahora sus rastas ya no estaban, dejando a la vista un sedoso cabello ondulado que seria mucho mas facil de trenzar. 

Marlene amaria decir que estaba en una situación, aunque sea, similar, pero no era el caso, ella a penas logró terminar de bañarse a una velocidad record y ya se encontraba en su cama pidiendole a quien la oyera para poder hacerce el delineado de manera correcta.

Dorcas se colocó un vestido negro con un corset color plateado que ajustaba su cintura, se sonreia al espejo mientras se peinaba con tranquilidad, ignorando a las tres hermanas discutiendo.

Marlene estaba luchando por entrar en su vestido dorado hasta los pies mientras veia a Lily quien estaba en total calma terminando su peinado.

Dorcas comenzó a caminar hacia la torre de gryffindor mientras sonreia agradecida a los halagos que algún que otro cuadro le hacia.

Marlene corria de un lado a otro buscando sus tacones mientras sufria en silencio por notar que tampoco encontraba sus aros.

Dorcas llegó al retrato de la dama gorda y con una sonrisa educada le pidió que llamara a Marlene Mckinnon, que le avisara que su cita la esperaba.

Marlene logró estar milagrosamente a tiempo.

-Hola -dijo la rubia mientras besaba la mejilla de la contraria. -Te ves hermosa

-Te ves agitada -respondio la morocha. -pero divina igualmente

-Envidio lo rapido que te arreglas.

Y asu comenzaron a caminar hacia el baile, tomadas de la mano y conversando de lo que se les cruzara por la cabeza, se contaron anecdotas y Dorcas internamente reconoció estar perdidamente enamorada de Marlene en cuanto bailaron el primer vals, con las manos de la rubia en su cintura, generandole cosquilleos de emoción. Su subconciente le pedia que la bese, pero ella no pensaba complicar las cosas, no asi, no ahora que tenia una buena amiga ademas de Pandora y las trillizas.

Bailaron, bebieron, se separaron para hablar con sus amigos y bailar con ellos.

-Marlene -dijo Sirius mientras bebian y miraba a su novio en la pista bailando con Lily alguna canción que su oido viejo no logró reconocer. -esta noche te ves radiante, y no me refiero a como estas vestida -Ahora Black miraba a su amiga. -, Dorcas te hace feliz, te veo bien

El corazón de Marlene se detuvo por un segundo antes de sonreir.

-Estoy feliz -afirmó. -y tu tambien lo estas, al menos desde el año pasado

Las mejillas de Sirius se sonrojaron y volvió a mirar a Remus.

-Creo que con él siempre seré feliz.

Ambos amigos se sonrieron antes de hacer un brindis por la felicidad con sus poches que en realidad contenia vodka muggle. Fue entonces cuando Dorcas se le acercó a la rubia con una sonrisa mientras el DJ anunciaba que pasaría wildest dreams de Taylor Swifst.

-Bailemos -pidió la morena mientras Marlene se terminaba su bebida de un trago y tomaba su mano.

Comenzaron el baile, muy pegadas, tan pegadas. Dorcas y Marlene estaban a escasos centimetros de distancia. Fue alli que la slytherin notó lo largas que eran las pestañas de su acompañante, aquellas pecas casi invisibles bajo el rubor, las motas verdes salpicando en el lago azul de sus ojos, los labios brillantes luego de relamerlos. Oh merlin, los labios de Marlene eran una obra de arte, se veian suaves, seguro lo eran, Dorcas quiso descubrirlo por su cuenta, y allí descubrió tambien lo desesperada que habia estado todo este tiempo por besarla.

-¿Marlene? -Ella no pudo responder, no hallaba su voz, pero con un ruido de su garganta le dio a entender que la oía. -¿Puedo besarte?

Marlene no dijo nada, no hizo falta pues las acciones valen más, y allí, frente a casi toda la escuela y con Taylor Swift sonando de fondo, se dieron el primero de muchos besos. Fue perfecto, fue cargado de pasión, desesperado, tierno, dulce, fue todo, fue todo para ellas, y allí entendieron que algunas personas si eran almas gemelas.

Almas gemelas, una frase fuerte. De hecho es una idea platonica, el explicó que los humanos antes eran el doble de lo que son ahora, ocho brazos y piernas, dos cabezas, el doble de todo, pero un mismo corazón. Entonces fue que los Dioses se habian puesto celosos de la divinidad de los humanos y allí mismo los dividieron, condenandolos a buscarse y cuando se encontraran ninguno querría separarse, pues querrían volver a ser lo que algun día fueron, y ambas jovenes concordaban con Platón, ninguna queria separarse, ninguna quería acabar ese momento.



Be my Valentine (Dorlene) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora