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Omnisciente

Stefan, por primera vez en años, estaba escondiéndose de un entrenamiento. 

Para nadie en el mundo sobrenatural era secreto que Charles Infernum era cruel y despiadado, tanto en batalla con en sus entrenamientos.

Solo esperaba que su hermanito se salvara y no siguiera las reglas como su madre siempre lo obligó.

-¿ Stefan?

Escucho una voz delicada, siendo de la chica que lo cautivo hasta cierto punto.

-¿Leyla? Duquesa ¿que hace aquí? ¿y su vestido?

Leyla solo arrugó la nariz con fastidio, y Stefan sonrió, era obvio que esa chica no iba a poder gobernar el infierno.

-Vine a practicar un poco, no necesito vestidos ahora... — murmuró la chica, mientras acomodaba su ropa de entrenamiento.— ah y, soy una princesa, no una duquesa como mis hermanas

-¿practicar?

Pregunto mirándola fijamente, como sus caderas se contoneaban de un lado a otro, como si lo invitaran a posar sus manos ahí.
Quería seguir pensando en esa chica pero tuvo que correr cuando vio a su hermano, Alessandro, correr algo desaliñado.

-Padre

Leyla solo camino hasta el campo de entrenamiento hasta llegar a su padre, mismo que sonrió al verla.

-Mi bella princesa, cada día estas más hermosa

-Lo había extrañado padre

Ambos se abrazaron, para ellos era normal, ambos se acostumbraron a l presencia del otro y ahora que Charles tiene que tratar diferentes temas con la familia D'Angelo, Leyla se siente un poco abandonada.

-¿Nos acompañas en la demostración de hoy?

-De hecho yo... quisiera pedirle algo

Charles sonrió, amaba a su pequeño angel guerrero y si se lo pedía, él haría que se arrodillaran ante ella los seres más hostiles y crueles, solo por su amada hija.

-Habla mi luna roja

-Deseo volver a entrenar... — Charles estaba por protestar, hace dos años que Leyla dejo de permitir que la llamen Emma, perdió casi todo lo que amaba, y casi muere junto a sus hermanos.— mucho tiempo deje de hacerlo por miedo y ahora yo, quiero volver a ser yo

-Una princesa no puede practicar algo tan bárbaro 

Intervino lady D'Angelo ofendida, pero Leyla ni siquiera se inmutó.

-Agradezco  su preocupación, señora Anastasia pero yo no soy una princesa que necesita ser salvada

Charles se iba a negar pero escucho a los hermanos D'Angelo.

-¡Deja de jugar conmigo!

-Aun eres un niño, te falta demasiado

Odiaba que se burlaran del menor de todos, y Leyla sintió enojo por ello.

-Padre, ¿puedo ayudarle a Alessandro?

Charles sonrió antes de asentir.

-Claro, con la condición de que

Y le murmuró ciertas instrucciones, haciendo que por primera vez en mucho tiempo Leyla sonriera como una niña pequeña a punto de hacer una travesura.

-Eso sera fácil 

-¿Qué hace?

Charles solo miro a su amiga de la infancia antes de murmurar con suficiencia.

-Darle una lección a gente como tú y tu hijo

-Oye D'Angelo 

Hablo fuerte Leyla sin referirse a ninguno, pero la atención de Stefan fue lo que captó primero.

-¿pero que...?

Y de un movimiento rápido los desarmó y dejo fuera de combate a él y dos más de sus hermanos.

-Escucha, odio a los tipejos como tú...

Nadie sabía cómo pero ella era rápida, ágil y sabía en donde atacar, no se detuvo hasta que el último de los abusivos D'Angelo quedó en el suelo.

-Oye, ¿de donde...?

-Deberías saber lo básico, y sobre todo...— limpio su espada, que quedó con un poco de sangre que le saco a Stefan de la mejilla antes de guardarla en su funda.— no alardear de ello

Nadie sabía que hacer o decir, algunos iban a protestar hasta que Charles empezó a aplaudir con emoción.

-Bravo ¡bravo! Clara muestra de que las mujeres no deben ser protegidas siempre

Y con eso todos los que estaban entrenando se callaron para acercarse a él.
Leyla por su parte se acercó al chico que seguía aferrado a su espada.

-Hey

-¿También te reíras?

Algo que le gusto a Leyla era que los ojos del chico eran muy expresivos, ella solo negó antes de posicionarse a su lado y acomodar su cuerpo.

-No estas mal pero deberías de...— tomo sus manos y las coloco en una posición más cómoda.— agarrar la espada con más firmeza y analizar los puntos que deja desprotegido tu oponente 

Alessandro estaba sorprendido, pero aún así pudo sonreír y bajo la espada, sin dejar de mirar a Leyla.

-Gracias

Leyla suspiro nerviosa, quería seguir hablando con él pero una mano la jalo con ella.

-Leyla, ven conmigo 

-Me estas lastimando ¡Sueltame! 

Era Nefertari que la llevaba casi a rastras, aún cuando Alessandro trato de detenerla.

-¿Qué crees que haces? 

Solo la soltó casi dejándola caer contra el suelo de la mansión D'Angelo.

-Entrenar, papá lo permitió 

Y Leyla trataba de mantener la compostura, pues los recuerdo de ser arrastrada de esa y más formas antes de la muerte de su madre empezaron a azotar su mente.

-¿Y eso te da derecho de dejarme en vergüenza? Anastasia confía en que las hice a todas y cada una de ustedes mujeres de bien tras las muertes de nuestras madres  y luego llegas tú y alardeas sobre el poder que papá te dio

De a poco Leyla se levantó, temblando un poco pero tratando de no mostrar debilidad.

-Tienes tres segundos para quitarte de mi camino o te demostrare de lo que soy capaz si me sigues jodiendo

-Lo hago por tu bien, es algo que Angélica querría 

Y ahora ella no soporto más y dio un golpe en dirección a Nefertari, más no le dió pues lo desvío en el último momento a la pared de atrás, dejando un hueco en ese lugar.

-¡Reina Angélica! Nunca olvides de quien estas hablando, mi madre jamás esperaría a que yo bajara la cabeza ante nadie... — su voz temblaba al igual que el cuerpo de su media hermana que supo que la había cagado.— ¿sabes? Una vez hable con Henutmire mientras entrenabas, estaba orgullosa de tus avances y créeme que si te viera ahora... — Leyla sabía cómo romper a la gente pero trataba de no hacerlo pues sabe cuánto duele.— estaría decepcionada de que su hija sea una más del montón 

Pero Nefertari agotó su paciencia.

-No hables de mi madre de ese modo

Solo sonrió con perversión antes de alejarse de ella, Nefertari estaba a nada de llorar.

-Ya veo... realmente no eres digna de ser hija de Henutmire 

-¿Y quién si? ¿tú?

En un intento de valor Nefertari la intento empujar pero Leyla se alejo con asco de ella.

-Sé de Yunet... y ella si era digna hija de tu madre

War of heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora