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Leyla solo siguió avanzando sin un rumbo fijo.
Ni siquiera veía a otro lugar que no fuera el suelo.

En algún momento empezó a llover y ella solo seguía caminando hasta que sintió que estaba lo suficientemente lejos de sus hermanas y cayó al suelo de rodillas, llenándose de barro en el proceso, quiso evitarlo, dejar de tener esas ganas de gritar pero no lo logro.

Un grito tan desgarrador salió de su garganta, desde lo más hondo de su alma.

Quería volver al pasado, a unos años atrás donde acababa de enterarse de que tenía hermanos que la amaban con todo su ser.
Quería volver a sentirse amada por su madre, sus hermanos y protegida por sus tías.

Sin darse cuenta entro al bosque.
No supo cuánto tiempo camino hasta que  solo canso y callo al suelo de rodillas, permitiendo se llorar y casi gritar ahí mismo.

Para Alessandro el bosque era más su hogar que su propia casa.
Ahí estaba tranquilo, sintiéndose cerca de su padre.
La única persona que lo amaba por quién era realmente.

Ni siquiera le importaba andar bajo la lluvia, incluso le sacaba una sonrisa al pensar que de esa manera la maldad de su familia sería limpiada.

Estaba llegando a una pequeña cabaña en el centro del bosque, nadie podía encontrarla más que él o eso pensaba.
Quiso gritarle a la figura que estaba arrodillada frente a la valla del jardín hasta que reconoció a Leyla.

Se sintió aturdido, si fuera otra persona lo habría sacado del lugar a patadas de ser necesario pero su alma no lo permitió.

Se acercó más a ella y la escuchó llorando, no sabía que hacer pero optó por tomarla entre sus brazos y abrazarla.

Emma solo lo miro por un momento antes de refugiarse en su pecho sintiéndose tranquila.
Alessandro sonrió y la llevo dentro de la cabaña en nupcias.

Ella no decía nada, solo veía al vacío, sintiendo vergüenza por como la encontraron.
Y él solo la sentó en la cama antes de hacer un hechizo de secado para después tomar una toalla y comenzar a secar el cabello negro de la princesa.

El D'Angelo suspiro cuando vio un par de lágrimas caer por las mejillas de la princesa, le dolía verla así y no ser capaz de decir algo, así que solo se le ocurrió algo.

—Solo... No le digas a nadie

Murmuró él, llamando la atención de Leyla.
La menor de las princesas solo escucho un 'pop' y levantó la mirada de sus manos, sorprendiendose con una pantera.

—Gatito

Dijo, aún sabiendo que estaba mal, extendió su mano para acariciar la melena del cambiante y Alessandro solo se dejó hacer.
Estaba encantado, tanto que subió al regazo de Emma y ronroneo, logrando sacarle una linda sonrisa, la más hermosa y angelical que pudo haber visto.
Sin embargo también noto que estaba helada y temblaba cada poco rato así que la hizo recostarse y se acurrucó a su lado, abrazándola con sus patas.
Emma de a poco se fue quedando dormida, justo cuando estaba por cerrar los ojos Alessandro regreso a su forma original y ella sonrió.
Tal vez fue el cansancio emocional o simplemente se sentía cómoda pero lo hizo, le dio un pequeño beso en la mejilla al contrario, murmurando un pequeño gracias y aferrándose al contrario.

—No sé que te pasa o porque te encontrabas tan mal... Pero te juro que estaré aquí para ayudarte

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⏰ Última actualización: Aug 17 ⏰

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