O5

141 19 5
                                    

El auto estacionado de Riki lo despertó, sin darse cuenta había quedado dormido en el auto del japonés.

— ¿Hmm? Llegamos. — musitó soltando un leve bostezo. — Y creo que me quedé dormido. — agregó.

— Sí, de hecho estuve hablando solo pensado que me escuchabas, estabas con los ojos abiertos y tuve que cerrarlos. — comentó haciendo señas de cómo había cerrado sus ojos.

Avergonzado carcajeo. — Cállate. — soltó divertido.

— Bien ya hemos llegado, cuéntame de principio a fin y principalmente quién te dió ese golpe. — avisó señalando su rostro.

Suspiró rendido. — La historia es larga, te lo resumiré lo más que pueda. — avisó.

— Soy todo oídos, tú solo habla. — sonrió.

— Bueno, sucede qu- — un "beep" paró su hablar.

Había sido interrumpido por el sonido de su celular, al parecer había llegado una notificación.

— Discúlpame, deja veo. — murmuró y vio su teléfono.

>> Jay.

>> ¿Dónde estás?
>> Acabo de llegar y no estás
en la empresa.
>> Respóndeme ¿Estás con ese
imbécil?

Mierda.

— ¿Es él? — la respuesta de Riki lo hizo mirarlo.

Rendido asintió. — Está preguntando dónde estamos. — agregó.

— No le respondas. — se sorprendió cuando su teléfono fue arrebatado de sus manos y guardado en la camisa del japonés. — Ahora sigamos en lo nuestro.

Asintió y mordió su lengua. Era contar todo o nada.

— Soy el amante de Jay, estoy con él desde hace un año. — sin esperar una respuesta desvío la mirada y apretó los puños esperando una burla o algo similar.

Un sonido en seco de Riki dejando caer sus llaves propias lo asustó.

— Lo suponía. —una risa agria salió. — Digamos que lo sospeché porque siempre eras el que más trabajo tenía o el que se quedaba más con él en alguna circunstancia. Ese idiota, cómo se le ocurre jugar contigo y Sunoo. — finalizó golpeando el volante.

Sus ojos aguaron y terminó por llorar, esa no debía ser la respuesta, Riki tendría que enojarse con él, debía insultarlo de la peor forma, debía decirle a Sunoo y que este también lo odie. No merecía esa respuesta.

— El idiota soy yo... ¡Deberías enojarte conmigo! No actuar normal, soy un poco hombre y amigo Riki, traicione a todos, a Sunoo y a ti... ¡No actúes tranquilo! — estalló y comenzó a llorar aún más.

Nishimura lo miró y limpio las gotas que caían de sus mejillas. — Entonces deja de llorar, no te defiendo ni nada, ese idiota también tiene la culpa. — pausó y apretó los puños. — Ahora... ¿Jay te hizo esos golpes? No te creeré si me vuelves a mencionar que fue en un bar.

Alzó la mirada y asintió. — Sí, fue él. — miró a otro lugar, evitando a Riki. — Está celoso de ti. — finalizó.

Riki furioso salió del vehículo y no dudo en seguirlo, debía parar lo que sea que pensaba hacer.

— ¡Riki, Riki por favor detente! — rogó agarrando su brazo, pero Riki tenía más fuerza y prácticamente lo arrastraba con él.

Sin darse cuenta ya se encontraban dentro de la empresa, iban ganando miradas y eso lo aterraba.

Lσʋҽɾ | jaywon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora