Esta historia se centra en Chilli Heeler, esposa y madre de dos pequeñas niñas llamadas Bluey y Bingo, y del día que conoció al maravilloso padre de sus hijas. Me gustaría agregar que esto es desde la perspectiva de Chilli, puesto que ya hay un epis...
Nos encontramos en el patio de la casa Ottama, nuestra pareja de recién casados estaba divirtiéndose con los invitados; Bandit estaba bebiendo algo con sus amigos mientras Chilli, las damas y sus amigas jugaban a atrapar el ramo.
Chilli: –¡Ahí va, uno, dos, tres!–
El ramo voló por los aires, esas peonias blancas soltaron pétalos por todos lados. La cacería comenzaba.
Frisky tenía la delantera, se le salieron los zapatos al correr pero aún así con el tobillo torcido daba todo lo que tenía; eso hasta que Trixie que venía con los tacones en sus manos la alcanzó.
Ambas con los brazos en alto, Frisky parecía que iba a ganar, pero Trixie de un solo empujón con la cadera la sacó del camino.
Frisky chocó contra Radley, la rubia cayendo al suelo.
AAHHH y el rubio, cayendo en la piscina.
Ahora Trixie sería capaz de atrapar el ramo.
Sin embargo, el mismo no cayó en sus manos, sino en la cabeza de Stripe.
Bonk
Stripe: –¡Ow!– su bebida cayó al suelo.
Trixie había perdido, ¿y contra con quién? Contra aquél del que se sentía enamorada. Abatida, se agachó y miró al suelo.
Trixie: –Se casará antes que yo..–
No estaba triste por eso, estaba triste porque aún con todo lo que había corrido y estando agitada como si hubiera rodado por una colina no logró conseguir ni una flor.
Stripe: –¿Estás bien?–
La perrita gris levantó la vista.
Stripe: –Toma, creo que son tuyas– sostenía el ramo de peonias en sus manos.
Trix tomó el ramo, lo abrazó y se sonrió a sí misma.
Stripe: –Creo que se te olvidó esta–
La mano de aquél con el pelaje lavanda pasó por la oreja de la chica, ahí mismo, dejó una flor algo destrozada, casi sin pétalos, pero bella igual que la persona que la estaba usando.
Trixie: –Gracias, Stripe.. creo que es la primera vez que recibo un ramo de flores– rió.
El mencionado sólo se pudo mostrar avergonzado.
Stripe: –Estás de suerte, porque esas se ven tan preciosas como lo estás tú ahora mismo..–
Un pequeño silencio, ambos se miraban a los ojos sonrientes.
Stripe: –Iré a limpiar mi traje, si gustas, podemos beber algo de la barra después, chica bonita–
Trixie: –Me encantaría–
Stripe se marchó al baño.
Trixie admiró el ahora SU ramo, contenta a más no poder al ser bendecida de esta manera.
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Peonias y ranúnculos en el mismo ramo, aún si el perfume de las flores fuera artificial fue el más dulce que alguna vez había olido. Algo había cambiado en ella hoy, no sabría decir si para bien o mal, pero sea lo que sea era una sensación muy linda.
Trixie: –Stripe sí se casará... pero conmigo– rió de forma malvada (irónicamente)