𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗦𝗘𝗩𝗘𝗡

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Domingo

Cuando la mañana llegó, todos sabían que no iba a ser un día de iglesia normal.

Jeongin se alistó igual que siempre, Minho, Jisung e incluso Chan también, solo que todos sabían que algo ocurriría a penas cruzaran la iglesia. 

Jisung fue el primero en llegar, como siempre. Su padre y madre ya estaban ahí desde temprano, y apenas eran las 7 de la mañana. Los tres estaban peleados. Luego de aquel castigo que quiso imponer el cura a Jisung y que Jeongin lo liberara y dejara en casa de Chan, no habían vuelto a dirigirse la palabra, y era obvio. La única que hacia esfuerzos para que la cosa fuera mas amena era la madre. 

La iglesia se fue llenando, Christopher ya habia llegado junto con su familia y estaban a tres filas del coro, donde estaba Jisung. Minho también llegó, pero se excuso con sus padres y estuvo afuera hasta que vio a la familia de Jeongin llegar. 

Ambos menores fueron detrás de la iglesia para poder hablar sin problemas. 

—Debemos apurarnos—habló Jeongin—, ya están casi todos los niños... Pero no me convence que sean esos dos... Debe ser Daehyun.

Minho asintió —Igual pienso lo mismo, pero ¿Qué le diremos?

—Solo le preguntaremos que vio, y si es grave le explicamos que debe ser secreto... No sabemos como reaccionara así que no podemos planear mucho.

Volvieron a la iglesia y esperaron en las ultimas filas a que llegara el menor. Jisung se acercó a ellos con cautela sin que nadie le prestara demasiada atención. 

—¿Aún no llega? —preguntó nervioso

—Aun no... Esto me impacienta, solo tendremos unos minutos antes que se forme y la misa empiece, —respondió Minho.
 
Jeongin estaba mordiendo sus uñas. A lo lejos, Daehyun y sus padres estaban caminando con furia a la iglesia. El menor tenía un inexpresivo rostro, estaba siendo casi arrastrado por su madre. Entraron a la iglesia y lo primero que hicieron fue mirar a lo lejos a Minho y Jeongin, su semblante  cambiando a uno de disgusto. 

—Lo saben... —Jeongin estaba hiperventilando—. Lo saben, Minho... Lo saben ¿Lo viste? Oh Dios mío lo saben... Que es lo que hare-

—Cálmate Jeong, debemos estar tranquilos, —la voz de Minho salió serena, tratando de transmitir paz a su pareja.

—Minho tiene razón, Innie... Tengo una idea, iré a hablar con los padres y ustedes deben aprovechar para llevarse algo lejos a Daehyun y hablar, debe ser rápido, —informó Jisung.

Los menores asintieron y se levantaron. Tal y como dijo Jisung, distrajo a los padres de Daehyun y Minho se encargó de llamar al menor. 

—Hola —saludó Jeongin con nerviosismo—, eres Daehyun ¿verdad?

El pequeño los miraba atónito —Si, —respondió con cautela— ustedes... no puedo estar con ustedes.

Ambos lo miraron extrañados —Dae... Necesito que me digas lo que viste el domingo pasado... En la cabina, —dijo el moreno.

El pequeño no respondió. 

La bulla se hizo mas fuerte en la iglesia, y Minho fue quien vio a la madre de Daehyun acercarse a ellos enfurecida. Por reflejo, escondió al moreno detrás suyo.

—¿¡QUÉ CREEN QUE ESTAN HACIENDO?! —gritó colérica tomando del brazo a su hijo.

—señora Oh, cálmese —interfirió Jisung, poniéndose delante de Minho y Jeongin—. No es el momento...

— ¿¡Quien te crees tu para darme ordenes?! —la voz de la mujer retumbaba los oídos de las personas, algunos ya estaban poniendo atención al espectáculo—, muévete

—No, basta... Debemos hablar después, no haga un dram-

Lo empujó. Y aquel simple acto desató el caos. No, no fue Minho, Jeongin, ni siquiera los padres del chico quienes ya estaban presenciando el show en primera fila; como siempre fue Chan quien lo defendió.

—¡Quítate mi camino, ¡Ustedes no tienen nada que ver en esto!

Christopher miraba amenazante a la mujer frente suyo, mientras sostenía posesivamente la cintura de Jisung.

Y todo se agrandó cuando las familias de los cuatro chicos llegaron a su lado, sin entender nada de lo que estaba pasando.

—¿Qué esta sucediendo?—preguntó el cura.

—Padre... Sucede que hay dos pecadores en la casa del señor, unos inmundos... Que osan venir en forma de ovejas y terminan profanando nuestro sagrado templo, —contestó con pesadez la mayor.

—Pero ¿Quién se atrevería a hacer algo así? —volvió a hablar el padre de Jisung.

Jeongin miraba a ambos adultos con ira, Minho con preocupación, Jisung con angustia y Chan con recelo. 

—Ellos, Padre... Jeongin y Minho... Ellos han hecho cosas indebidas en esta santa iglesia, —apuntó a ambos menores.

Estaban jodidos.

ᨳ ݊ ˖ . O𝗛 𝗠Y 𝗚O𝗗    ࣪˖  ❪ 𝗺𝗷 ❫ ˑ ִֶָ 𓂃 ˚.ഒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora