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𝗘𝗣𝗜𝗟𝗢𝗚𝗨𝗘

Sweet - cigarretes after sex

Minho miró al menor bajo su cuerpo. Lo tenía suspirando como tantas veces, solo que esta vez sin la adrenalina correr por su cuerpo. Tenía todos sus sentidos conectados con los de Jeongin. Ambos podían suspirar y gemir libremente el nombre del otro, porque por fin eran libres de hacerlo. 

Jamás hubiera imaginado que tendría al mas pequeño de esa forma, en su cama, con los ojos fuertemente apretados y pidiendo más, pero ahora podía sentir más que solo placer. 

Volvió a la realidad. Últimamente le sucedía mucho, se iba a sus pensamientos mientras observaba el rostro de su novio. Sonrió al ver que este ya comenzaba a abrir sus ojos, con sus pupilas dilatándose en menos de un segundo, y Minho enrojeció al caer en cuenta que él era el causante de esos efectos.

Jeongin rió y se levantó un poco para alcanzar el labio inferior de Minho y morderlo levemente antes de besarlo, un beso muy francés. 

Siguieron en lo suyo, y poco después ambos acabaron casi al mismo tiempo, con el nombre del contrario entre sus labios y sus corazones golpeando fuerte dentro de su pecho.

Habían pasado casi 2 años, ya era hora. Nunca tuvieron la necesidad, y la vergüenza los carcomía de solo pensar en decirlo. Tampoco hubo un momento adecuado, pero los mejores momentos no se planifican, solo ocurren y los disfrutas. 

Minho miró a Jeongin. Jeongin miró a Minho. Ambos tenian la misma mirada llena de amor, ya no solo era deseo, y tal vez nunca lo fue. Porque ambos arriesgaron todo para amarse libremente, y lo único que faltaba era que ambos supieran eso. 

Años atrás, sus lenguas se trababan y sus gargantas se cerraban mientras trataban de decir algo que para algunos era tan sencillo.

Pero ahora ambos dijeron simultáneamente sus sentimientos más profundos.

—Te amo.

Y volvieron a besarse, anhelando que siempre fuera así, como en un principio.