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◦◜⌣ Final ‧ ୨୧ ~

Después de dos años, los dos chicos comenzaron a establecer más sus vidas, habían comprado una casa con el dinero que habían ahorrado y lograron mudarse hace seis meses.

Gracias al cielo Sunoo pudo encontrar trabajo antes de graduarse en la universidad al igual que Riki.

Riki pudo conocer a su suegro y al amigo de Sunoo, Jake mientras que el coreano si conoció a su familia, ya que los visitaban en la víspera de Navidad y Año Nuevo.

La vida viviendo juntos era de lo más de magnífica sin duda alguna, tenían espacio para ellos solamente, hacían lo que querían sin tener que preocuparse por lo que pensaran los vecinos y pudieron adoptar un perrito el cual sería su primer hijo.

Qué emoción y no es sarcasmo.

Ese día un típico sábado que pasarían juntos todo el día y sería mentir para el más bajo si dijera que no pensaba hacer más que solo estar todo el día abrazando a su novio.

Planeaban casarse el año siguiente, la familia del japonés casi colapsó con la noticia y su suegra lloró de felicidad porque su pequeño niño finalmente había tomado una buena decisión a parte de conocerlo.

Horas después de que obtuvieron lo que tenían previsto para la tarde de ese día –que terminó alargándose hasta la noche–; ambos se dejaron caer en la cama con sus respiraciones agitadas y con sus cuerpos completamente sudados.

— Oh, Sun.— restregó su rostro un par de veces, recuperando la respiración.

Tres rondas seguidas de sexo y se sentían como si hubieran revivido de nuevo pero es que apenas tenían tiempo de respirar en paz porque esos días habían sido más ágiles en sus trabajos para ellos dos.

Sunoo se recostó sobre su pecho y comenzó a dejar un camino de besos por su cuello que poco a poco iban bajando.

Obviamente quería hacerlo otra vez y él no era quien para negarle algo tan natural a su bonito chico, por lo que se dió vuelta para dejarlo debajo de su cuerpo para morder la piel desnuda de sus clavículas. Hubieran continuado a no ser que el teléfono de Sunoo comenzó a sonar a un lado de ellos, en la mesita de noche, para ser más específicos.

Se detuvo momentáneamente pero el otro solo enredó sus piernas en su cadera y atrajo sus labios, la llamada se perdió entonces.

Le correspondió a ese lento beso que ambos iniciaban y otra vez el teléfono comenzó a sonar. Los timbres siguieron interrumpiendo su paciencia hasta que ambos suspiraron cuando la persona que llamaba seguía insistiendo.

El tonito ya estaba siendo muy fastidioso, por lo que Sunoo suspiró molesto para separarse del adicto cuerpo de su novio para ver quién lo llamaba pero frunció el ceño al ver que es un número desconocido de ¿Corea?

— Amor, responde.

— No se quién es.

— Solo hazlo para saber quién es entonces.— insistió porque a poco y tendría un tick nervioso en su frente.

El pelinegro soltó un quejido bajo y respondió al séptimo tono con un puchero.

— ¿Si?

¿S-Sunoo..?— se escuchó del otro lado de la línea una voz algo quebradiza.

Esa voz le parecía conocida, pero de dónde ¿Y porque hablaba en coreano?... Oh, no podía ser.

Riki notó a su novio tensarse en su lugar, por lo que pudo en altavoz para ver de qué se trataba.

𝘽𝙞𝙧𝙩𝙝𝙙𝙖𝙮 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora