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Peinó su flequillo una última vez antes de atreverse a mirar al chico que venía casi trotando a él en cuanto lo vio, una sonrisa ladina le dedicó cuando lo tuvo de cerca.

Seguía algo tímido y cohibido ante la presencia de Nishimura y mucho más cuando sospechaba que comenzaba a desarrollar sentimientos por el mismo.

¿Tan iluso era? El chico mostraba un comportamiento lindo con él y ya quería que unieran sus meñiques y caminarán así hasta que tuvieran que irse a casa cada uno.

Okey, descubrió gracias a Riki que si alguien es amable, servicial, educado, coqueto, divertido e insistente; se comenzaría a ilusionar poco a poco.

— Hola, bonito.— le dijo con ese típico tono que frecuentemente utilizaba con él— ¿Son cosas mías o esta tarde te ves aún más hermoso que de costumbre? ¿Acaso quieres opacar al sol, Sun Sun?

Y allí estaba rojito como un tomate. Golpeó entre risas tímidas el hombro del chico, quien se atrevió a mirarlo fijamente para llamar su atención pero él estaba muy ocupado intentando calmar sus sentidos.

— Riki, para.

— ¿O que harás?— inquiere con una sonrisa burlona, alzando sus cejas.

Sunoo negó repetidas veces, todavía divertido y se apresuró en caminar, siendo seguido por Riki.

¿De verdad era bonito?

Sintió como su mano derecha rozó la del más alto, giró su rostro para encontrarse con un extrañamente tímido Riki y se apartó un poquito solo para evitar el contacto de nuevo.

La brisa fría soplaba por todo el lugar, llegaron a lo que era un parque de diversiones y sus ojitos brillaron. Uno de sus sueños frustrados era ir a un parque así con sus amigos pero éstos siempre tenían cosas más importantes que hacer. O mejor dicho, personas más importantes con quiénes ir.

Se formaron en la fila de la montaña rusa después de comprar los tickets y Riki se sintió plenamente feliz de ver al más bajo emocionado. Gracias al cielo ese día no habían demasiadas personas pero tampoco muy pocas, solo una cantidad humilde y por ello, no tenían que esperar demasiado para subirse a los juegos mecánicos.

Cuarenta y cinco minutos después, ambos bajaron de una de las atracciones completamente mareados y Sunoo entendió porque se llamaba "El tornado". Joder.

Menos mal no habían comido nada.

Se sentaron en unas bancas entre risas al ver sus cabellos despeinados.

— Riki, te pareces a Goku.

— Y tú a Robin de Los jóvenes titanes en acción, Sunnie.— se burló.

El más bajo abrió su boca indignado pero no es tan grave después de todo.

— Robin es más aceptable que Goku.— le responde decidido.

— Pero es mil veces mejor que Robin.

— No creo que sea más rápido que Robin.— sonrió con malicia.

Antes de que el otro pudiera decir algo más, lo empujó para salir disparado, lejos de él. Riki soltó una baja maldición antes de perseguir al coreano entre carreras y gritos pero éste último solo reía divertido.

— ¡Sunoo! ¡Eso es trampa!

Llegaron hasta estar detrás de unos puestos de comida, Riki lo acorraló contra la corteza de un árbol y comenzó a hacerle cosquillas hasta que las piernas del chico flaquearon.

— R-Riki.. N-no-...— se interrumpía a sí mismo con las carcajadas mientras los dedos del otro le hacían cosquillas en su estómago y a veces en su cuello— ¡Riki!

𝘽𝙞𝙧𝙩𝙝𝙙𝙖𝙮 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora