◦◜⌣ 06 ‧ ୨୧ ~

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Un fuerte sonrojo abarcó las mejillas del coreano de cabellos negros en cuanto sintió a varias personas mirándolos a ambos entrar en la universidad con sus manos entrelazadas. Llevaba un mes saliendo públicamente con él chico y no era secreto para nadie.

La primera vez que se aparecieron de esa forma, fue un día lunes en el que por instinto bajo su mirada algo apenado por ser el centro de atención por segunda vez en su vida y es que se sentía tan bien estar con Riki, aunque todavía le costaba solo un poquito ya que siempre se consideró como un individuo cualquiera que era ignorado en todas partes pero allí estaba.

El más alto le dió un ligero apretón a su suave mano para darle seguridad.

— ¿Te sientes bien, Sunnie?— pregunta en un susurro bajo, extremadamente cerca de su rostro y haciendo que un grupo de chicas chillaran en cuanto los vieron.

— S-si, solo no estoy muy acostumbrado a... Y-ya sabes.— rascó su nuca, desviando la mirada.

Riki sonrió por lo tímido que lucía, por lo que dejó un pequeño beso en su frente rápidamente o de lo contrario su casi novio se iba a incomodar, obviamente las chicas volvieron a chillar antes de irse pero no sin antes decir lo lindos que se veían juntos.

A veces Riki pasaba por él para que ambos se fueran juntos a la universidad, lo invitaba a desayunar o almorzar y si salían después de las tres, comían algo en una cafetería.

Adoraba pasar tiempo con el japonés, era divertido, alegre, extrovertido pero algo tímido cuando se trataba de él y lo hacía sentirse seguro.

— Sun, estuve pensando un poco así que quería preguntarte ¿Si más tarde vemos una película en mi casa?— el mayor detuvo su paso abruptamente en cuanto se percató de lo profundas que sonaron sus palabras y vio al más bajo verlo con un tierno sonrojo porque ellos DOS SOLOS en su apartamento podía malinterpretarse sin problemas— Solo si te parece, o podemos ir al cine, ¿Te parece?

— Más tarde tengo que buscar unas cosas, tengo que hacer un informe sobre una clase y quería hacerlo de una vez.— le explica.

— Te puedo ayudar.

Sunoo se sintió un poco mal porque Riki siempre le compraba comida, le ayudaba con sus tareas, pagaba su pasaje, le compraba dulces a diario y aunque entre los dos utilizaban su dinero cuando salían, sentía que era el otro quien mostraba más empeño y dedicación en la relación.

Sin embargo, nunca le pedía nada a cambio y después de todo, no había nada malo en ir a su casa, ¿No?

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Se encontraban en el departamento del coreano después de que éste aceptó sin rechistar que su novio-no novio fuera y mentiría si dijera que no tuvo que dejar a Riki afuera para poder ordenar su habitación rápidamente. Parecía que un tornado paso por allí y era extremadamente vergonzoso que el chico viera su lugar de descanso en esas fachas.

Rato después, habían terminado con sus deberes y comenzaron a hablar de cualquier cosa, hasta que el castaño comenzó a decirle con una sonrisa en su rostro de su familia.

— Todas las navidades voy a visitar a mi familia en Okayama, el único que vive aquí es mi tío y mi mamá a veces viene para asegurarse de que sigo vivo y no habla con una ilusión óptica cuando hablamos por videollamada.— menciona divertido.

Asintió con una sonrisa ladeada, luego presenció el silencio en la sala y supo que Riki quería saber más de él, pero no sé sentía muy bien hablando de eso.

— ¿Y tú, Sun Sun?

El chico se reincorporó para estar delante de él, observándolo con ese típico brillo en sus ojos que parecía desprender solo para él.

𝘽𝙞𝙧𝙩𝙝𝙙𝙖𝙮 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora