Capítulo 5

40 5 0
                                    

Lunes 1 de Diciembre, 9:56 pm.


-De acuerdo. Adiós, mamá.


El pitido de la otra línea confirmó el fin de la llamada. La joven suspiró, dejando el teléfono encima de la mesa y estirándose en el sofá de su salón. Giró el rostro, mirando por el gran ventanal.


-Ya se hizo de noche. Claire debe haber llegado ya. -se sentó, refregándose la cara. Se dirigió a la entrada, bajando las escaleras hasta llegar a la puerta donde vivía la señora. Picó a la puerta pacientemente.- ¿Claire?


Otro suspiro salió de la boca de la chica, transformándose en una pequeña nube de vapor a causa del repentino frío que arrasaba la ciudad. Arrastró sus pies, subiendo las escaleras. Nuevamente en su sofá, encendió su portátil.


Un gruñido perteneciente de su estómago rompió el silencio, anunciando su falta de alimento. Se levantó en dirección a la cocina para prepararse un simple sándwich.


Una hora más tarde, se encontraba ya en su cama cuándo el sonido del timbre resonó por todo el apartamento. La chica se levantó, mirando la hora con el ceño fruncido.


-Son las 11 de la noche, demasiado tarde -se dijo a si misma.


Entreabrió la puerta, y la encorvada figura de Claire, apareció en el umbral.


-¿Claire? -soltó sorprendida la chica.- No le esperaba tan tarde.


-Me ha llamado tú madre para preguntarme si todo iba bien. He deducido que te habrá llamado a ti también. ¿Quieres hablar sobre la llamada? -dijo con tranquilidad.


-Claro, me vendrá bien -se encogió de hombros, alejándose de la puerta, yendo en dirección a la cocina.- ¿Le apetece un poco de té?


-Mejor un café; esto llevará un rato. -le sonrió, sentándose en el viejo sillón de la sala.


Unos minutos más tarde, se encontraban ambas mujeres sentadas cómodamente en el salón.


-¿Qué te ha dicho tú madre? -dijo Claire, dejando la taza en la pequeña mesa de café.


-Mi padre ha tenido un accidente con el coche; dice que no es algo grave. Se le cruzó un coche en el camino cuando iba en dirección al centro de la ciudad. Se salvó gracias a las maniobras que hizo pero se ha roto un brazo por el golpe y tiene unos cuantos puntos en la cabeza. -explicó la chica, mirando fijamente su taza de café.


-¿Vas a ir a verlo?


-Mi madre ha dicho que no hace falta, que ahora necesita mucho reposo -suspiró la chica.- Cuando se encuentre mejor iré a hacer una visita.


-Me alegro que se esté bien; gracias a dios que no ha sido grave -le sonrió cálida la señora, intentando subir un poco los ánimos.


-Si... -dijo la chica con la mirada perdida.


La mujer se levantó, y se dirigió hacia la joven. Se sentó a su lado y le abrazó.


-Cuando algo malo nos ocurre en la vida, eso siempre se queda presente en nuestras vidas. Pero hay veces en que eso se tiene que superar y seguir adelante, cielo -le dijo la señora, acariciando su cabello lentamente.


-Lo sé, Claire. Pero hay veces que eso es tan complicado -dijo difícilmente la chica.


-Sé que la palabra "accidente" es tabú para ti, pero tu padre se va a poner bien. No ha sido grave, y él está vivo.


-Sí, lo sé -suspiró la chica, fregándose los ojos, recomponiéndose.


-Bueno, me voy a ir ya a dormir. El señor Carrise me ha tenido muy ocupada con sus recados; es horrible cuando este hombre se pone enfermo -suspira divertida, dirigiéndose a la puerta después de dejar un beso en la frente de la joven.- Mañana por la mañana vente a desayunar a casa, así pasamos un rato juntas -sonríe cerrando la puerta.


La chica va detrás cerrando con doble cerradura la puerta. Después de recoger el salón y haber lavado las tazas, va al baño a lavarse la cara.


-No me gustan los déjà vu -dice a su propio reflejo, secándose la cara.


Se cambia la ropa y apaga todas las luces. Un silencio sepulcral inunda el apartamento.


-No sé que hacer, Harry. Todo es tan confuso en este momento... Y lo de mi padre sólo me lleva más abajo. -La voz de la chica se va consumiendo poco a poco, metiéndose de lleno en sus pensamientos.


Hasta que un pitido resuena en la habitación.


Vagamente y entre suspiros, la chica extiende el brazo hasta llegar a la mesita de noche para agarrar el teléfono móvil. El brillo de la pantalla le ciega por unos segundos, hasta llegar a abrir los mensajes entrantes. En un pestañeo, la chica se encuentra sentada en el sitio, con los ojos abiertos como platos.


-¡Pero qué-...! -grita la chica, sin dejar de mirar el móvil.


"Buenas noches, Danielle.

          -James xx."

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 19, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Seams ✡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora