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El señor Nam se miraba en el espejo cuando escucho entrar a los abogados.
—Dios, estoy harta de esos matones—Exclamó la menor—
—Disculpen—Dice el señor Nam acercándose y a la vez llamando la atención de los demás—Lo siento mucho, pero tengo que irme temprano hoy—
—¿Sucedió algo?—Pregunta preocupada la mayor—
—Oiga ¿qué hago? Después de 3 años tengo una cita—
—¡Oh! Váyase ya—Exclama emocionada Cha-young—
—¡Suerte!—Exclama la menor en el mismo tono—
—¡Ahí voy!—Exclamó el mayor haciendo un corazón con las manos en la frente y de ahí salió—
—No vaya a hablar demasiado—Recomendó YoonMi—
—Por favor, no vaya a jugar ningún juego raro—Dijo Cha-young abriendo la ventana—
—Está bien—Dijo emocionado y luego se fue—
—Es cierto, la apuesta—Dijo en un susurro la mayor hacia su hermana, ambas voltearon hacia el abogado y lo vieron estirar sus dedos, preparándose para el golpe—Iré a darle otras recomendaciones—Exclamó Cha-young corriendo hacia la puerta y saliendo lo más rápido posible—
—Espera, Cha-young—Susurro la menor tratando de detener a su hermana, pero fue en vano, volteo lentamente hacia su compañero y se acercó con cautela—¿Qué está haciendo?—
—Hicimos una apuesta ¿no?—Dijo mientras dejaba sus cosas en el respaldar de una silla—
—Usted dijo que no golpeaba a las mujeres ni en juego—Dijo tratando de salir de la situación—
—Dijo que no le molestaba—
—Si, se lo que dije, ¿necesita calentar para eso?—Dijo con temor—
—¿Procedemos?—Dijo sacándose el saco y poniéndolo encima de sus cosas—
—¿Proceder? Esto parece un juicio, está bien—Dijo derrotada—¿Y esos preparativos? ¿Y sus principios?—Dijo mientras el mayor se posicionaba en frente de ella y se preparaba para golpear —Bueno, hágalo, ¡rápido!—Exclamo cerrando sus ojos con fuerza—
No se movió ni un centímetro, se quedó ahí contemplándola, observaba cada rasgo de ella y lo guardaba en su memoria, no había podido verla de tan cerca y con tanta libertad; ese momento solo le hizo acordarse de su primer encuentro, verla solo hacía que sus pensamientos divagaran, todos sobre ella, se preguntaba, como podía ser tan hermosa, sus pestañas, su pequeña nariz, su sutil lunar en el cachete izquierdo, sus labios, todo de ella le parecía hermoso; cada que la veía le alegraba el día, y el solo pensar en que el caso haría que pasen más tiempo solo lo ponía más feliz, no podía esperar a crear momentos inolvidables con ella, sean o no románticos, solo quería estar ahí, con ella, definitivamente había caído por ella a primera vista.
