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Todos entraban y se sentaban en sus respectivos asientos, las personas se quejaban del goteo que se presentaba en la sala debido a una filtración de agua, el empleado se limitaba a disculparse y seguir limpiando.
El italiano pudo notar el nerviosismo de la abogada mayor, YoonMi también se dio cuenta de esto y colocó su mano en el hombro de la contraria diciéndole:
—Tranquila Cha-young, todo irá bien, tú puedes—Expresó con una sonrisa reconfortante, la mayor le devolvió la sonrisa y respiro profundo para tranquilizarse a sí misma—
—Ju-sung—Llamó Cheol-wook—Tengo una duda—
—¿Qué pasa?—
—Debemos pararnos cuando entre el juez, pero, ¿y si no lo hacemos?—
—Si. Yo me preguntaba lo mismo – Interrumpió el señor Tak—
—Un máximo de 5 años en prisión o una multa de 50 millones—Respondió asustando a todos—
—En serio. ¿Te cobran tanto por no ponerte de pie?—
—Era broma, no pasa nada si no se ponen de pie—Dijo tranquilizándolos, pero recibió un golpe de Hee-soo—
—Demonios, me lo creí—Expresó esta—
—De todos modos, ¿por qué hay que pararse? No conocemos al juez—Preguntó Yeon-jin—
—No es por el juez, sino... ¿Cómo lo digo? Es para demostrar respeto por la ley y el fallo—
—¿Respeto?—
—Si—
—Siempre dictan fallos ridículos—Expresó molesto Cheol-wook—Siempre están del lado de los ricos—
—Que absurdo—
—Cierto—
—No me pararé. Mostraré mi firmeza con mi artista marcial—Dijo con firmeza—
—Yo tampoco—Dijo Larry—Les mostrare mi conciencia y resistencia como artista—
—Con los espíritus de los antiguos monjes, tampoco nos pararemos—Declaró el Monje Chae-shin. Todos concordaron no pararse, pero en cuanto entró el juez Cheol-wook fue el primero en pararse obligando a su esposa a pararse también mientras los demás también lo hacían—
—Adiós a la solidaridad. Saluden—Dijo el señor Tak parándose en la silla. Todos se pusieron de pie cuando de pronto el juez se resbaló y cayó al piso sorprendiendo a todos—
—¿Se encuentra bien?—Preguntaban sus asistentes ayudándolo a ponerse de pie—
—Dios mío. ¿Por qué hay una envoltura de plástico en el suelo?—Reclamó el juez—
—Había filtraciones de agua en las paredes también—Explicó el empleado—
—¿Cómo puede haber filtraciones en un sagrado tribunal?—Reclamó—Cielos, mi espalda— Exclamó sentando en su asiento. En el momento en que se sentó todos lo hicieron dando comienzo al juicio, Myung-hee se coloco en el centro y comenzó a hablar—
