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Ambos abogados se dirigían a interrogar al hombre dueño del camión, antes de entrar a la sala ella tomo un respiro y entro con toda la valentía que pudo recolectar, detrás de ella estaba él.
—Ay, si esos frenos no hubieran fallado él no habría muerto y usted habría estado bien, deberían ensamblar mejor los autos—Dijo el hombre detrás del vidrio—
—Es tan poco sincero ahora como cuando lo interrogaron durante el juicio—Dijo la menor—
—Tengo entendido que estoy aquí para cumplir mi condena, ¿no?—
—¿No es porque hizo y distribuyo videos en los que se explotaba sexualmente a menores de edad?—Dijo ahora el italiano—
—No entiendo por qué menciona eso ahora—
—Le prometieron reducir la condena si lo mataba y lo disfrazaba de accidente—
—¿Qué? Está diciendo cosas absurdas—
—No, Wusang podría lograr una sentencia de dos años o menos aprovechando el ridículo proceso judicial que hay en corea—
—Le digo que no tengo idea de lo que dice, ¿eh?, estoy aquí solo por lo que hicevFue interrumpido por el abogado quien golpeo levemente el vidrio con su cuaderno—
—Cállese y escuche, a partir de ahora me va a decir la verdad, si no, se va a morir esta misma noche, solo por tocarle el hombro a alguien—
—¿Qué?, ¿de verdad pensaron que me intimidarían?—
—Dígame ya, ¿Quién le ordeno matarlo con el camión?—Tiro el cuaderno cansado—Es su última oportunidad, dígame, ¿Quién se lo ordeno?—
—Hable ya, imbécil—Exclamo la menor—
—Vamos—Dijo levantándose y ella también se levantó, se iban a ir, pero el hombre los paro—
—Esperen, el señor Pyo, no sé más—Ambos se sentaron a escucharlo—
—¿El señor Pyo?—Pregunto el abogado—¿Habló solo con él?—
—Había alguien que parecía ser su jefe, pero solo tengo su teléfono—
—¿A qué se dedica?—Pregunto YoonMi—
—Lo juro que no lo sé, vino a la comisaria donde estaba, y me prometió que si lo hacía me reduciría la sentencia—
—Voy a matarlos a todos—Dijo molesta—
—Lo siento, de verdad lo siento—
—El número—Ordenó el mayor—
—¿Qué?—Dudo por un segundo, vio hacia un costado y lo dio, YoonMi abrió su libreta y empezó a anotar—
—Ya es suficiente, vámonos—Le dijo a la menor en su oído, iba saliendo cuando ella empezó a hablar—
