Un lugar para nosotros

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Wednesday no era una amante de las charlas, de hecho, no toleraba la comunicación verbal con otro ser humano, a menos que este muerto y se comunique mediante una sesión de espiritismo. Sin embargo, una de las condiciones para que ella pudiera seguir gozando su libertad, era acudir a terapia con una de las mejores psicólogas de Jerico, pese a todas sus negociaciones, amenazas y excusas, ahí está, frente a la mujer de mediana edad quien la mira directamente con una sonrisa amable en el rostro.

"Sabes que este es un lugar seguro Wednesday, nada de lo que me digas saldrá de esta habitación " dijo mientras le regalaba una mirada suave a la pelinegra.

"Puedo mantenerme en silencio el tiempo que yo desee" respondió Wednesday "Deje de hablar por dos años cuando tenía 5".

La mujer río incomoda.

"Tosi sangre cuando retome el habla" Wednesday la miró con malicia "fue delicioso".

—¿Sabes que tienes que hablar para que esto funcione?

Wednesday le dio una mirada de enfado — ¿sabe que esto es inútil?

La mujer sonrió, como si recordara las veces en las que lidio con este tipo de comportamiento con sus pacientes anteriores. Wednesday lo notó y claro, eso no le gusto.

—Wednesday, la terapia fuel el único requisito que se te pidió para que las cosas con tu antiguo compañero no fueran a un ámbito más legal. Además — la mujer se acomodó en su silla — sé que no eres de las que les gusta que los demás vean que dejaron su trabajo inconcluso, si no tomas la terapia todo saldrá a la luz.

— ¿Intenta chantajearme?

— Intento ayudarte.

Wednesday entre cerro los ojos y seguido soltó un suspiro. — Las escuelas son una pérdida de tiempo, todo el esquema académico que proporcionan es básico e insuficiente, se lo que enseñaran en esta y las siguientes generaciones, no necesito perder mi tiempo.

— Sé que eres una súper dotada Wednesday, pero la escuela no solo es ir y aprender, también es parte fundamental del desarrollo social durante la adolescencia. La directora de Nevermore me comentó que tienes una nueva compañera, tal vez puedas comenzar a entablar amistad con ella.

—El arcoíris ruidoso sin fecha — respondió de inmediato.

La mujer frunció el ceño — Vaya, eso es inusual. ¿eso te genera rechazo Wednesday?

Wednesday bajo la mirada y toco suavemente su dedo meñique cubierto por el guante de cuero. ¬—¿Cómo podría?, debe ser maravilloso vivir sin esta innecesaria carga, sin ataduras al amor, sin que al final alguien robe una parte de tu libertad.

—¿Quieres hablar sobre ello Wednesday?, ¿realmente odias esos numeros en tu meñique?

Wednesday baja la mirada hasta el meñique de la mujer, puede ver claramente el nombre del alma gemela, escrito cuidadosamente. Wednesday cierra los ojos y bufa con fastidio —¿Podría usar su baño?

La mujer se exalta un poco, pero asiente — por ese pasillo y a la derecha.

Wednesday se levanta y camina hacia el baño, entra y pone el seguro, escanea cuidadosamente el lugar y ve la ventanilla que da al exterior, no es muy grande, pero sabe que puede atravesar sin problema, así que no pierde el tiempo y sale por la ventanilla. No le importa que sea un segundo piso, en realidad ella ha escapado de edificios más altos y con trampas mortales adicionales. Da un par de saltos y baja con la ayuda de una tubería. Camina con cuidado una vez que está en piso firme y se asegura de que la directora Weems no se dé cuenta de su presencia.

Camina de manera apresurada hasta topar con un hombre y entonces, las visiones atacan de nuevo, su cabeza se lanza hacia atrás y su cuerpo deja de moverse. Ella puede olerlo, el humo sucio y caliente del motor, el metal hirviendo y la sangre tibia que se abre paso en el cuello fracturado del mismo hombre. Finalmente, todo termina y solo puede escuchar una queja del hombre y una que otra palabra ofensiva que van dirigidas a ella. A Wednesday no le importa mucho en realidad, así que sigue su camino y finalmente entra a la cafetería del pueblo. No hay mucha gente en realidad, un par de mesas ocupadas y al final, detrás de la barra, un chico de risos castaños de aparentemente su edad, quien parece tener una pelea con una vaporeante máquina de espresso.