6. Ex

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Día: 11

Hora: 4:23 am

Mi cuerpo se siente pesado y mi cabeza da vueltas sin parar mientras estoy acostada en la cama, incapaz de levantarme porque cada vez que intento algún movimiento me invade un fuerte mareo que me obliga a cerrar los ojos y mantenerme quieta hasta que desaparece.

Cada rincón de mi cuerpo se siente pesado y todos mis músculos duelen, todo el sufrimiento que experimento actualmente es cortesía de Eylis que, como siempre, no tiene consideración conmigo forzándome a llegar a mis limites o incluso sobrepasarlos.

En consecuencia de eso, después de nuestros entrenamientos termino exhausta, con el cuerpo adolorido como si me hubieran tirado por unas escaleras. Me encuentro tan mal que creo no me sorprendería que me de fiebre por el horrible dolor de cabeza que me atormenta.

Escucho que tocan la puerta pero no estoy en condiciones como para levantarme a abrirla, por lo que emito un sonoro "Pase" que sonó tan fuerte a mis oídos que me aturde.

La puerta se abre pero como estoy dándole la espalda a la entrada de la habitación mientras tengo los ojos cerrados para calmar mi dolor de cabeza, no logro saber quién acaba de entrar hasta que escucho la voz del visitante.

-Hola, Natalia- dice la voz que identificó como Kota.

Aclaro mi garganta para que mi voz no se escuche tan moribunda como me siento.

-Hola Kota, ¿Qué ocurre?-

-Fernando me habló sobre la invitación que te hizo para ver el cometa... Es hoy, ya faltan pocas horas para que se vea en su máximo esplendor ¿Vienes con nosotros?-

Uhg, se me había olvidado por completo.

-No, lo siento, no me siento en condiciones para ir- bufo -Y de eso se encargó Eylis, tu dulce novia-

-Se volvió a pasar- no suena como una pregunta sino como una afirmación, pero aun así la contesto.

-Sí, pero tranquilo no es el único cometa que existe, seguro que veré uno en otra ocasión.

-Sí, claro.

-Toma muchas fotos para que me las enseñes fotos cuando regresen.

-Está bien, descansa Natalia.

-Adiós - seguido a esto, escucho la puerta cerrarse por lo que me supongo ya salió de mí habitación.

Ruedo en la cama, buscando una posición más cómoda para dormir.

Es lo único que tengo ganas de hacer en este momento.

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-Natalia, Natalia despierta- escucho una voz suave que me llama, tan suave que creo que podrían ser parte de mis sueños.

Jadeo abriéndolo los ojos notando las delicadas caricias en mi cabello.

-Vamos, Natalia, arriba- Amalia continuando con las acaricias.

Bostezo frotándome los ojos.

-Si sigues acariciando mi cabeza vas a causar el efecto contrario al que quieres conseguir.

Suelta una ligera risa -Vamos arriba, ya es más del medio día-

Hago un puchero con mis labios, rodando la cabeza para estamparla contra una almohada.

-No quiero levantarme, quiero dormir otro poco más- mi voz queda silenciada al chocar con la tela.

Ella suspira con fingido pesar.

Mi Vida Perdida en el Tiempo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora