V: Egil

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Un festín digno de reyes se había preparado en conmemoración a los recién casados, donde los cánticos bárbaros y las danzas tradicionales eran lo que abundaban en la gran cueva del rey Bakugō

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Un festín digno de reyes se había preparado en conmemoración a los recién casados, donde los cánticos bárbaros y las danzas tradicionales eran lo que abundaban en la gran cueva del rey Bakugō.

Era como si hubiera motivo de júbilo en todos los presentes, aunque para la nueva pareja todo hubiese sido forzado debido a las circunstancias amenazantes.

Sus ojos carmesí vieron de reojo a la mujer a su lado, la cual mantenía una sonrisa cordial y pequeña en aquellos belfos cereza que, tal vez en otra circunstancia le habrían apetecido como un hombre hambriento sin bocado alguno.

Y se sorprendió por aquel pensamiento, ¿por qué ahora sí le parecían besables? Comenzaba a creer que el alcohol estaría haciendo efecto en él, algo impensable debido a su aguante increíble al licor.

───Estás callada. ───El susurro de la voz ronca se sintió cerca de su oído, porque efectivamente Katsuki se había inclinado a ella para que pudiera escucharlo sobre el bullicio.

No iba a negar que esa voz le causaba escalofríos, pero no eran desagradables por alguna razón y eso le hizo estar en alerta.

───Realmente no tengo nada qué decir, a menos que quiera oír mi voz. ───Respondió algo tajante, pero no es que estaba enojada con él.

Simplemente se sentía a la defensiva por esa sensación que su voz le había causado, condenados fuesen sus instintos de ninfa que querían ceder a un hombre. Katsuki no dijo nada al respecto, solo la miró con aquel ceño fruncido característico para regresar a su posición original sobre su trono de piedra.

───Ninguno deseaba esto, pero sinceramente me gustaría que al menos dejaras de estar a la defensiva con tu esposo y tu rey. ───Masculló con la mirada fija en el frente, viendo a sus habitantes bailar y comer felices.

Kirishima y la ninfa de piel rosa bailaban juntos en medio de sonrisas alegres y una atmósfera feliz, y Dolce sintió envidia al ver que su amiga podía ser feliz con el hombre que había capturado su corazón.

¿Podría ella encantar a Katsuki algún día? ¿Era siquiera posible llegar al corazón duro de aquel bárbaro?

Se levantó de golpe del trono menos grande que habían hecho para ella, recogiendo un poco la falda de su vestido de novia antes de sentir la mano grande y cálida del cenizo en su brazo níveo.

───¿A dónde vas? ───Alzó una ceja el ojirrojo, no entendiendo porqué se había levantado de repente.

La pelirroja rizada solo se zafó de su agarre, mirándolo fijamente.───Tomaré algo de aire, mi rey.

ʙᴀʀʙᴀʀɪᴇ || 𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘬𝘪 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘨𝘰𝘶 💥 (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora