Fueron transcurriendo varios días, y el intento de guerra del gremio de hechiceros oscuros aún no se había manifestado; Katsuki y Dolce estaban seguros de que eso era solo una cortina de humo para hacerles bajar la guardia, especialmente cuando el bosque de Jade ya estaba floreciendo y reverdeciendo de nuevo.
Era cuestión de tiempo de que All For One y sus subordinados atacasen sin previo aviso.
Y durante esos días, las cosas entre Katsuki y Dolce habían cambiado, luego de aquel beso acogedor compartido en la guarida de Egil se podría decir que el desagrado entre ambos había menguado lo suficiente.
Tal vez el rey y la reina por fin podrían llevar la fiesta en paz entre ellos.
En las arenas de los bárbaros, se oían vitores y gritos de júbilo debido a la pelea de entrenamiento entre ambos regentes, ambos moviéndose con agilidad para atacar el uno al otro sin lastimarse de gravedad.
Una sonrisa ladina cruzaba los labios cereza de la ninfa al ejecutar un movimiento marcial con sus piernas para poder derribar al rubio cenizo, logrando quedar sobre él a horcajadas con la lanza de piedra filosa cerca de su cuello.
───Gané yo, majestad. ───El tono usado por ella era juguetón y burlón, mirando aquel par de orbes carmesí mirarla con enojo puro.
Sin embargo, el rey de los bárbaros era un mal perdedor en todo el sentido de aquella frase, y no dudó en hacer uso de su fuerza para intercambiar roles y ser él ahora quien estuviera sobre ella.
Su respiración era agitada por el esfuerzo ejercido, y sintió su pecho inflarse en orgullo al ver ese rostro bonito y pecoso generar una expresión de incredulidad ante la situación.
───Nunca cantes victoria antes de tiempo, bruja.
Algo pasó dentro de Dolce, y estaba segura que sintió electricidad por aquel tono ronco diciendo esas palabras hacia ella.
Desde el beso que se dieron, ella no podía dejar de pensar en que deseaba que volviera a suceder, estar en sus brazos una vez más.
Kirishima declaró ganador a Katsuki en aquel encuentro, y todos los habitantes ovacionaron a su rey con euforia, mientras que él se levantaba ayudando a la pelirroja rizada a levantarse también.
Ambos no dijeron nada más al respecto, pero sí había algo allí que podía cortarse con una navaja si fuera posible.
Y esa era la tensión que ambos cargaban en esos instantes el uno por el otro.
La noche había llegado y todos se encontraban en sus viviendas preparados para dormir, mientras que Dolce pedía a Mina que fuese al bosque a verificar el desarrollo del mismo y si ya habían crecido los capullos que albergaban las hadas y pixies dentro.
───De acuerdo, Dolce, volveré pronto. ───Expresó la pelirrosa con una sonrisa, dispuesta a marcharse en ese instante.
Sin embargo, un pelirrojo la alcanzó a tiempo, cosa que llamó la atención de ambos regentes.
───Bakubro, por favor déjame ir con Mina-san, estaré más tranquilo si voy con ella. ───Sonrió de manera amplia a la ninfa de piel rosa, quien se sonrojó ante la petición del chico de dientes afilados.
El cenizo solo bufó, cruzando sus brazos fuertes mientras que Dolce se reía entre dientes junto a él.───Me vale madres, solo regresen en una pieza.
Ambos manos derechas de sus regentes asintieron y se despidieron para retirarse, yendo montaña abajo donde Kirishima iría por su dragón para llevarlos hasta el bosque.
Al encontrarse los dos solos, ingresaron de nuevo a la cueva del rey donde Katsuki acompañaría a su esposa hasta sus aposentos; como había acostumbrado a hacer, la dejaba allí para luego irse a dormir en la cueva de Egil.
───Katsuki...
La voz suave de la pelirroja le hizo detener su andar justo enfrente de la cortina de piel de animal que cubría la cueva, el aposento real del rey bárbaro.
───¿Qué quieres ahora, bruja? ───Inquirió con tono calmado, a pesar de que su ceño estaba fruncido.
La ninfa mordió su labio inferior, dubitativa de si estaba bien hacer lo que planeaba, pero es que ya no podía engañarse a sí misma.
───Quédate conmigo, mi rey.
Tales palabras provocaron algo dentro de él que no tenía explicación alguna, bueno sí la tenía.
Y esa era que quería saltarle encima como depredador a su presa, porque el tono que usó no fue uno que dijera que iban a dormir literalmente.
Era el tono de una mujer necesitada por el toque de su marido, y él lo había captado a la perfección en esos instantes, por lo que no dudó en rodear aquella cintura de reloj de arena con su brazo fuerte, y tomando el mentón de la mujer con su mano restante fue que la miró a los ojos.
Preciosos orbes marrones que lo incitaban a perderse por completo.
La mirada carmesí de Katsuki solo causó estragos en Dolce, cediendo por completo ante esa mirada hambrienta.
───Tus deseos... son órdenes, reina mía.
Tales palabras en aquel tono ronco solo provocaron que ella jadeara, para así entonces ambos perderse en un beso necesitado, como si el oxígeno solo pudiera ser proporcionado al momento en que ambas bocas se unieran de manera desesperada.
Manos grandas y callosas no tardaron en recorrer las curvas de la ninfa al momento de atravesar la cortina y buscar la cama que les esperaba.
Otro cruce de miradas sucedió entre ellos, como queriendo asegurarse de que iban a ir hasta el final, y dos sonrisas en medio de la oscuridad tenue debido a la luz de la luna fue necesaria para entender que ambos querían esto, que lo anhelaban con todas las fuerzas de su ser.
Y aquella noche de luna nueva, la ninfa se entregó en cuerpo y alma al rey de los bárbaros sin tapujos ni vergüenzas, finalmente consumiendo aquel matrimonio que ya había dejado de ser una alianza.
Siendo ahora una unión entre dos almas que finalmente entendieron lo que sentían: una atracción profunda junto a un inmenso cariño que se tornaba poco a poco en amor.
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ʙᴀʀʙᴀʀɪᴇ || 𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘬𝘪 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘨𝘰𝘶 💥 (BNHA)
FanficExisten diferentes reinos, pero dos de ellos son catalogados como zonas restringidas a menos que tengas el permiso de los regentes. Las montañas, regidas por el rey de los bárbaros y domadores de dragones, lugar donde no existe la piedad para invaso...