X: Serenidad y forasteros

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Los dedos gruesos y callosos acariciaban la piel de seda y nívea de la ninfa entre sus brazos, disfrutando del erizar de su piel por el simple roce de sus dedos en la dermis

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Los dedos gruesos y callosos acariciaban la piel de seda y nívea de la ninfa entre sus brazos, disfrutando del erizar de su piel por el simple roce de sus dedos en la dermis.

Katsuki admiraba orgulloso todas las marcas y mordidas hechas por él tras haberla poseído toda la noche, sin descanso alguno hasta la entrada madrugada; amó cada segundo en que ella se entregó sin quejarse, sino todo lo contrario.

Rogaba por más de su parte, y eso solo hizo querer cumplir cada petición que ella tenía.

───Eres un bruto, mi rey, creo que no podré andar por mí misma en la mañana. ───El tono jocoso había entintado su voz, provocando que el rubio soltara una risa nasal algo traviesa.

───¿Y qué? Puedo cargarte, además... fue tu culpa por rogarme. ───Susurró malicioso, robándole un beso que la dejó sin aliento de nuevo.

Y sí, él estaba en lo correcto ya que ella había disfrutado estar en brazos de su esposo toda esa noche.

Al acabar aquel beso, los ojos marrones de la chica observaron aquellos orbes carmesí que la miraban distinto esa noche.

Con gentileza, pero también con cierta consternación.

───¿Ocurre algo, Katsuki? ───Preguntó la pelirroja con curiosidad por su silencio, solo observándola en esos instantes.

Él solo negó con la cabeza, volviendo a recostarse a su lado para atraerla a su cuerpo fuerte, dándole algo de calidez ya que el frío de la noche comenzaba a percibirse.

───No es nada, simplemente tuve una sensación rara... pero seguro era una estupidez.

Dolce lo observó con curiosidad, preguntándose qué podría haberle pasado por la mente en esos momentos, pero tal vez era solo su imaginación.

Aunque... sonaba bastante preocupado.

Dejando un beso pequeño en su pectoral, la ninfa le miró con una sonrisa tranquilizadora.───No te preocupes, mi rey, sea lo que sea que pueda pasar haremos lo posible por proteger ambos reinos.

Y eso al rey de los bárbaros le hizo sentir sorpresa, porque no era posible que ella pudiera leerlo tan bien en tan poco tiempo.

Fue ahí que entendió aún más que el haberla aceptado como esposa había sido la mejor decisión de su vida, porque nadie podría ser capaz de seguirle el ritmo o siquiera entenderlo como ella sabía.

Emitiendo un gruñido cansado, la apretó más contra su cuerpo mientras cerraba sus ojos para poder dejarse llevar por el sueño finalmente.

Dolce solamente pudo reír muy por lo bajo, tal parece que ella no era la única exhausta esa noche, por lo que se acurrucó más contra el pecho fuerte de su esposo y dejarse llevar por Morfeo esta vez.

Sintiendo una gran seguridad acogedora en los brazos de su bárbaro.

La pareja de regentes aún dormía en los brazos del otro con total comodidad, sin ninguna preocupación en esos instantes más que la dicha de estar descansando juntos

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La pareja de regentes aún dormía en los brazos del otro con total comodidad, sin ninguna preocupación en esos instantes más que la dicha de estar descansando juntos.

Katsuki parecía estar aferrándose a un muñeco hecho por lana propia de los corderos de las montañas, con sus fuertes brazos cerrados alrededor de esa cintura de reloj de arena que, curiosamente, poseía unas marcas de manos grandes hechas por él mismo.

Y aunque hubiese estado más que encantado de quedarse con ella en su lecho, alguien de la corte bárbara había comenzado a llamar desde fuera.

───Su majestad Bakugō, disculpe la osadía pero necesitamos que venga rápido afuera de la sala del trono.

Un gruñido molesto salió de los labios del rubio, negándose a abrir los ojos mientras que sus brazos se aferraban más al cuerpo de su esposa quien ya comenzaba a despertarse.

───¿Katsuki? Te están llamando... ───Murmuró adormilada a la par que se frotaba los ojos, largando un bostezo.

Otro gruñido de queja y enojo brotó de la garganta del mencionado, enterrando su rostro en el cabello rizado con aroma a canela y cacao de la pelirroja, ocasionando que esta riera un poco.

───Que se vayan al c*rajo, quiero dormir. ───Masculló contra su cabello, no abriendo los ojos todavía.

Dolce por su parte solo pudo reír con ganas, escuchando aún al sirviente al otro lado de la cortina implorando que el rey saliese a atender un asunto.

───Vamos, suena bastante consternado y necesita que salgas. Cuando termines el asunto, podemos volver a la cama y seguir descansando, ¿te parece? ───Espera sonar persuasiva con aquella sugerencia, sobretodo al acariciar los cabellos rebeldes color ceniza que había descubierto ser algo que le gustaba al rey de los bárbaros.

Él no sabía cómo es que ella podía convencerlo tan rápido, y era algo aterrador pero que a su vez le agradaba.

Al menos Dolce no lo haría descuidar sus deberes como regente de las montañas.

Farfulló hastiado, pero la liberó de su agarre de oso para sentarse sobre la cama.───Bueno mujer, que conste que no olvidaré esa sugerencia.

Ambos se levantaron, entre besos y risas pequeñas se vistieron para ser Katsuki el primero en salir y ver al súbdito que lo buscaba.

───Habla, y espero sea una buena razón o vas a conocer mi ira por interrumpir el sueño de mi mujer.

───Mil perdones, majestad. ───El hombre hizo una reverencia respetuosa, para luego incorporarse y hablar con seriedad.─── pero vinieron unas personas, y una de ellas dice conocerlo desde pequeños.

La pelirroja escuchó aquel comentario, ya estando junto al rubio que tenía una cara de confusión, por lo que no dudó en tomar la mano de Dolce para así ambos dirigirse hasta la sala del trono.

Para su sorpresa, los guardianes de las montañas tenían sus lanzas apuntando a cuatro forasteros, donde uno de cabellos verdes miró con asombro al rey de los bárbaros.

───¡Kacchan!

¿Kacchan? Definitivamente eso era algo que Dolce no esperó de parte de uno de los desconocidos.

Y por lo visto, aquel apodo molestó en demasía a su rey.

───¡Bastardo Deku, cállate!

Wow, el grito resonó en toda la cueva. Las cuerdas vocales de Katsuki eran sin duda una cosa peculiar.

Dolce vio a una hechicera castaña, un caballero con anteojos y armadura, un joven bicolor con ropajes de príncipe... y ahora el peliverde con aspecto de aventurero y guerrero.

Un grupo muy particular.

Un grupo muy particular

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ʙᴀʀʙᴀʀɪᴇ || 𝘒𝘢𝘵𝘴𝘶𝘬𝘪 𝘉𝘢𝘬𝘶𝘨𝘰𝘶 💥 (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora