Existen diferentes reinos, pero dos de ellos son catalogados como zonas restringidas a menos que tengas el permiso de los regentes.
Las montañas, regidas por el rey de los bárbaros y domadores de dragones, lugar donde no existe la piedad para invaso...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
───Wah~, este sitio es tan bonito y verde, ¡ya quiero hacerlo pedazos!
───Tch, de verdad que eres un fastidio, mocosa.
Cuatro figuras se hallaban de pie frente a los árboles frondosos rebosantes de vitalidad, tal como los seres mágicos que vivían en armonía en la zona forestal.
La reina no estaba, los cantos habían cesado, la noche era aún más oscura y no había nada ni nadie que evitara la penuria y tragedia que estaba pronta a ocurrir. Un ser de cabello azul ceniza sonrió maquiavélico detrás de una máscara.
El hechicero del deterioro, Tomura Shigaraki.
───Toga, Spinner, Kurogiri, vayan al sur, oeste y este, yo iré al sauce llorón a destruirlo desde la raíz. ───La orden fue tan directa y carente de sentimientos que a cualquier ser le helaría tan solo escucharlo.
La primera mencionada sonrió tan ampliamente y no dudó en transformarse en una hada para ir al área demandada, donde engañaría a las pobres e inocentes hadas y pixies para ser llevadas como ovejas al matadero.
Spinner acabaría con los animales y elfos, mientras que Kurogiri destruiría las flores y plantas con su magia.
Y la orquesta del mal dio inicio a su acto del horror, los lamentos y gritos de los seres que clamaban por piedad y ayuda a su reina que aún seguía en las montañas de los bárbaros.
Aquel bosque frondoso, lleno de vida y fulgor, había caído en las penumbras del gremio de hechiceros oscuros; pixies pequeños se abrazaban entre sí, despavoridos entre restos de plantas destruidas.
Hadas sin alas, carentes de brillo y vida debido a la hechicera multiformas, y los pobres animales siendo acabados por un ser híbrido capaz de transformarse en un lagarto temible y fuerte.
Sin embargo, la esperanza del bosque era aquel sauce donde residía el corazón de cada área, el palpitar de un ser frondoso que poco a poco se tornaba gris y seco por una mano que tocaba su tronco como una caricia mortal.
Tomura sonrió ladino, viendo cómo la fuente de poder y vida del bosque terminaba siendo un árbol marchito e infértil.
Admiró el paisaje como una obra de arte, notando la figura de un elfo que había estado observando la escena con terror e incredulidad. Tamaki, líder de los elfos del bosque de Jade, era el único sobreviviente de su raza.
