La vida es más que sobrevivir

-31- Friendzone

—Hola, Clarke. . . — la saludo de una manera muy egocéntrica e invadiendo su espacio personal. 

—Niylah, ¿Qué haces aquí? — inmediatamente Clarke capto sus intenciones de darle un beso, por lo que prefirió dar unos pasos atrás y alejarse de ella.

—Me enteré de lo que le pasó a tu amiga, y quería ver en que puedo ayudar.— habló de una manera tan preocupada para hacerle creer a Clarke, que en verdad estaba al pendiente.

—Gracias por venir, pero quiero estar un momento a solas con mi amiga. —Clarke la rodeo para pasar de ella.

—¿No quieres que te acompañé? — volvió a sugerir, pero Clarke al ver la negativa de la rubia, decidió dirigirse hacia la puerta.

—Quiero estar sola.— abrió la puerta dando a entender que debía salir. Por lo que Niylah camino hacia la salida y estuvo a punto de hablar cuando Clarke se adelantó. — Gracias, por venir. — finalmente cerro la puerta, dejando plantada a Niylah frente a la puerta.

— Esto no se va quedar así.— Molesta por ese comportamiento, soltó un suspiro pesado y se marchó de ahí, pensando en su siguiente jugada.

Finalmente Clarke se queda observando a su amiga, aun dormía tranquilamente. Por lo que aprovecho para agarrar la tabla que tenía  un pequeño resumen de su estado actual y comprobaba que estuviera en orden.

Decidió sentarse para consultar su agenda y ver qué tenía programado para ese día, mientras esperaba que su amiga despertara.

Una hora después Raven comenzó a desperezar.

— Hmmmmm—trataba de abrir los ojos que sin duda tenía una lucha inminente en seguir durmiendo.

—Hola dormilona.— saludó a su amiga cuando notó que estaba despertando. 

— Hey Rubia . . .—comenzó a saludar. —¡Auch!— se quejó cuando intentaba acomodarse en la cama pero un leve dolor en la espalda le impidió hacer tal movimiento.

—¿Cómo te encuentras amiga? — se acercó para tratar de ayudarle.

— Madreada, pero todo chido.— intentó ser sarcástica. —¿Sigo viva, no?— volvió a sacar su humor negro.

—Nunca dejaras de ser tan tú.— Sin esperar respuesta, Clarke se lanzó abrazarla por miedo a perderla. —Amiga, en serio dime como te encuentras. —

— Santo golpe que me dieron, pensé que pasaría a la otra vida.— intentó tomarlo con algo de humor cuando notó las pequeñas lágrimas de su amiga, decidió ser honesta. —Sólo fue el susto, rubia.—

— Y lo bueno, porque no sabría qué hacer sin ti.—se separó de ella, para tratar de calmarse y limpiar cualquier rastro de alguna lágrima.

—Por supuesto, aún tengo que seguir molestándote en esta vida. No creerás que te escaparas de mí, tan fácilmente.— y así de fácil, Raven sabía como sacarle una sonrisa a su amiga.

— ¡Ay dios santo!—

—¡Vamos! Sabes que es mi propósito en esta vida. — le guiño un ojo.

— Qué graciosa, pero por favor ya no me des sustos así.— sin esperarlo se lanzó abrazarla otra vez.

—Lo prometo, pero creo que me lo merezco. . . —

—¿Por qué lo dices?— preguntó curiosa.

—Lexa . . . — declaró.

—¿Lexa? —

—Lexa era la que conducía, pero sé que ella no tuvo la culpa. . . —

—No entiendo lo que quieres llegar. —