Este chico no es él
Poco a poco soy consciente de mis sentidos.
Despierto.
La luz no penetra por las ventanas gracias a las cortinas obscuras que cuelgan de los ventanales que dan al balcón de mi habitación.
Me levantó y siento una opresión en el pecho que me impide avanzar, tomó un frasco de pastillas del buró junto a mi cama e ingiero dos píldoras. Pasan alrededor de diez minutos cuándo me es posible pararme adecuadamente y caminar sin sentir tanto dolor.
Salgo de mi cuarto y bajo las escaleras, el abrumador silencio me indica que no hay nadie además de mi en casa, me siento en el sofá y enciendo el televisor, realmente no estoy prestando atención al programa que se transmite, simplemente necesito no entrar a mi mente por un buen rato.
Ya han pasado dos años completos desde que el murió, y hablo de él como si aun viviera, como si formara parte de la vida, como si dejar de respirar no se lo hubiera llevado, porque de cierta forma no lo hizo.
Aún lo recuerdo, sus ojos color café, su voz pasiva, su mirada profunda y lo que me hacia sentir, sus manos, las pequeñas pecas que recorrían su cara y espalda, su piel cálida al contacto de la mía, los recuerdos tan vividos en mi memoria que lo hacen estar aquí.
Mi memoria me traiciona y cada tarde aun espero su llamada. Así cada madrugada despierto después de que la pesadilla se vuelve más real. Que él no esta aquí.
...
Preparo una pequeña mochila donde llevo dinero, mi teléfono, y las llaves de la casa. Salgo y cierro la puerta detrás de mí. Subo al autobús.
Aún no puedo creer que haya terminado el cuarto semestre, pues en este momento me dirijo a comprar los nuevos materiales para el siguiente semestre y aunque en realidad yo preferiría no ir al colegio mi madre no me permitió dejarlo cuando todo pasó, aunque claro, nunca, ni siquiera una vez se intereso en saber cómo yo me sentía al respecto.
Bajo cuando veo la gran tienda de la ciudad rodeada de establecimientos por donde quiera que uno ve. Al entrar, tomó un carro de la tienda en papelería y me dirijo directamente al área de libretas, libros y otras cosas.
Tomo al menos diez tipos de de libretas distintas junto con algunos libros que llamaron mi atención, busco otras cosas como lapiceros, gomas, lapices y demás. Por ultimo voy al área de carpetas y busco una con una buena portada, estoy a punto de rendirme y tomar la que sea cuando la veo, una carpeta con estampado de "The Smiths" en lo alto de los estantes.
Trato de alcanzarla pero a pesar de la que consideró una buena altura no logró tomarla, me estiro en las puntas de mis pies y justo cuando estoy a punto de alcanzarla siento un golpe en el tobillo y cadera. El estallido de dolor recorre mi pierna y el impulso del golpe en mi cadera me hace perder el equilibrio y caer, escucho maldecir a la persona creo responsable de mi caída, se arrodilla junto a mi y pregunta -¿Estás bien?
Levantó la vista de mi tobillo y mis ojos se clavan en los suyos. Son cafés.
-Gerardo-susurró en un hilo de voz
Sus facciones se fruncen y caigo en la realidad, este chico no era él. Me levantó lo más rápido que mi tobillo me lo permite y comienzo a caminar con el carrito avanzando.
-¡Espera!-me detengo de golpe. Incluso su voz se parece, pronto veo al mismo chico y extiende la carpeta frente a mi, que minutos antes yo estaba tratando de tomar.
-Creo que tu querías esto
La tomo y digo un gracias para así seguir mi camino a la caja para poder pagar e irme.
Lo confundí, lo confundí con él. Aunque dudaba mucho que se parecieran. Este chico no es él.
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Un maravilloso cambio
Teen FictionMi mejor amigo se suicidó. Hubiese estado bien si la historia terminará alli, hubiese estado bien. Pues todavía sería la misma persona. Pienso que las cosas que pasan a tu alrededor no deberían afectar tu personalidad o tu forma de ser. Pero lo hac...