Capitulo:2

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Primer día de clases, mi entusiasmo se encuentra por los suelos y mis nervios están colapsando, tomó una ducha para aclarar mis ideas pero esta vez no funciona del todo.

Una vez lista, tomó mi mochila salgo de casa y me dirijo a la parada del autobús que me lleva a la escuela, subo y me siento en el primer lugar que veo vacío, a mi lado por suerte no hay nadie. Siento las miradas de las personas alrededor aunque en realidad nadie me mira, sé que sólo es mi imaginación y culpó a mis nervios por ponerme tan paranoica, de mi mochila saco mis audífonos y me los coloco para escuchar música de camino a la escuela.

Llegó al colegio y comienzo a caminar por los pasillos llenos de adolescentes con las hormonas alborotadas, voy a la dirección y la secretaria me entrega mi horario junto con el número de mi casillero.

Voy camino a mi nuevo casillero, al llegar y abrirlo veo que aun hay algunas pertenencias de la persona que lo tuvo antes. Bufó por lo bajo y camino al salón donde al parecer me toca mi primera clase, entró y me sorprende ver tan pocas personas dentro.

Poco a poco los alumnos van llegando y poco después el maestro llega.

-Buenos días jóvenes-comienza a presentarse y luego nos obliga a nosotros a hacerlo-Como puedo ver que han llegado nuevos jóvenes a nuestra institución dejaré un proyecto en equipos de cuatro personas-se escuchan quejas y biroteos de los grupos de más de cuatro personas-Ah, y yo pongo los equipos-y una vez más el salón se llena de ruido por los grupos de amigos y amigas que hay ya formados-y no se pueden cambiar.

Desde el año pasado yo acostumbraba a hacer los trabajos sola y el maestro me lo permitía, sin embargo al levantarme y querer pedirle permiso para trabajar sola me cortó con un gesto de su mano.

-Sophie, es momento de avanzar-susurra para que sólo yo pueda oírlo-Carla, Zac, Paola y Kened-comienza a decir los nombres y números de los equipos, después de un rato escuche el mío-Sophie, Jayden, Richard y Ryan, equipo siete

-Oí que ella es la chica que intentó suicidarse el año pasado-apreté los dientes y puños al oír lo que a mis espaldas hablaban de mi.

Sí, había intentado suicidarme justo un año después de que él lo hizo. Sin embargo no corte lo suficientemente profundo, hasta ahora me persiguen las marcas en cada maldita muñeca, el dolor de que fui lo suficiente estúpida para no lograrlo y el hablar de la gente que me rodea.

El día pasa lento hasta llegar al descanso, salgo del salón y me encaminó a la pista de carretas de la escuela, normalmente voy a correr para sacar la impotencia y estrés que tenga acumulada, me pongo un uniforme deportivo y comienzo a correr lo más rápido que mis piernas me permiten. Treinta minutos después suena el timbre para entrar a clases y paro, aún no me he cansado lo suficiente y no quiero parar, no quiero irme porque aquí me siento bien, segura.

Sigo corriendo y no es hasta media hora después que me detengo, mi respiración es entrecortada, me dirijo a las duchas y una vez que he quitado todo indicio de ejercicio salgo y voy a mi clase correspondiente.

Al entrar el profesor me reta con la mirada, entró en silencio y me siento.

Una vez que terminan las clases voy caminando por los pasillos para ir a casa. Se escucha un grito sobre todo el barullo de los estudiantes

-Sophie-se me acelera el corazón pero descartó la idea de que me hablen a mí, no soy la única Sophie en la escuela-Sof-siento una mano en mi hombro y me giró de golpe haciendo que el chico dueño de la voz choque contra mí, doy un traspié pero logró estabilizarme a tiempo.

Doy un paso para atrás y lo veo, es el chico que me tiró con un carrito en la papelería, se rasca la nuca pues al parecer me recuerda, nota mi cara de confusión y comienza a hablar

-Oh cierto, soy Ryan y somos equipo de clase, y bueno quería preguntarte si puedes ir hoy a mi casa para hacer el proyecto

-¿Dónde es?

-Si quieres puedo llevarte yo, para más rápido

-De acuerdo

-Okey, vamos-me guía al estacionamiento y al encontrar su auto nos subimos a un convertible negro, que ha pesar de que se ve que es antiguo se ve en buen estado.Una vez dentro veo por el retrovisor y dos pares de ojos me ven.

-No sabía que tendríamos compañía. Hola, mi nombre es Richard mucho gusto

-Sophie, igualmente-Doy una sonrisa nerviosa que estoy segura fue una mueca

-Ryan puedes explicarme por que la chica tiene el asiento de enfrente y yo tengo que soportar a Richard aquí atrás

-Sophie, ellos son mis amigos Richard y Jayden, también son parte de nuestro equipo

-Eh hola-mi voz suena insegura pues así es precisamente como me siento

-Dios que linda, eres como un pequeño perrito bebé asustado

-Jayden no seas idiota y déjala en paz-dice Ryan mientras se pone el cinturón de seguridad

-Uy, papá oso al rescate

-Ohg, cállate

Dejé de prestar atención a su pelea y recargue mi cabeza en el cristal del auto, sentía la vibración del vidrio por el movimiento del auto. Me sentía extraña, no me sentía precisamente mal, pero era una clase de melancolía y euforia que me dejaba mentalmente agotada.

Oí voces susurrando a mi alrededor, pronto pude sentir las miradas de los chicos a mi lado -Sof ¿estás bien?-pregunto Ryan tomándome del hombro, voltee y los mire

-Estoy bien

-De acuerdo, llegamos-ambos chicos de atrás salieron y el que se encontraba junto a mi sonrió.

Sabía que decía esa sonrisa, la había visto muchas veces. Era una de esas sonrisas que te dice "todo va a estar bien".

Le regrese la sonrisa y salí del auto porque se me empezaba a acabar el aire ahí adentro. Ante mi, un jardín lleno de flores se mostraba majestuosos e impotente, brillando debido a las gotas de agua que bajo el sol reflejan pequeños arcoiris en el suelo. Pasamos junto a una pequeña fuente y entramos una vez que Ryan abrió la puerta, dentro nos guió a la que creó es la biblioteca, estantes llenos de libros y manuscritos que se veían antiguos, al fondo de la habitación había un piano blanco, comencé a caminar por la habitación viendo los libros hasta que alguien me interrumpió

-¿Te gusta?-mire a Ryan de soslayo y asentí, porque de verdad era hermoso

-Vamos chicos tenemos un trabajo por hacer ¿podrían apresurarse? -dijo Jayden con cierta irritación

En definitiva fue una tarde muy larga, estuvimos trabajando en la exposición durante varias horas para que nos quedará perfecta, y al final terminamos, ninguno de ellos se porto mal conmigo, más que constantes bromas un tanto pesadas de Jayden las cuales Ryan no soportaba y comenzaban a discutir, nada grave, después Ryan junto con los chicos me llevaron a mi casa a las 8:25 pm, para luego ir a sus respectivas casas.

Una vez en mi casa me bañé y me recoste, estaba cansada pero de cierta forma, me sentía bien.

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